La tecnología es un sirviente útil, pero un jefe peligroso:
Christian Lous Lange
Los avances tecnológicos han beneficiado a los seres humamos a través del tiempo, han contribuido a mejorar las condiciones de vida, laborales y económicas de los mismos. No obstante, llega un punto en el que estos también afectan la seguridad, la salud mental y el bolsillo. Y es, a partir de aquí, que habría que reflexionar lo siguiente: ¿Hasta que punto la tecnología nos puede afectar negativamente sin que nos demos cuenta? Les hablaré sobre mi experiencia:
No me considero una ludita del siglo XXI; sin embargo, he vivido situaciones en mi vida que me han llevado a pensar y a tomar consciencia sobre el uso de la internet, los computadores, los smartphones, así como otros elementos tecnológicos y las redes sociales, una lección que aprendí tarde, pero con la suficiente madurez para no cometer los mismos errores.
Hace un año me di cuenta de que unos habitantes del sector por donde vivo, con los que nunca me hablo, pero que afirman conocerme sin haber charlado conmigo y no los conozco, escasamente los he visto con mis ojo (como si eso fuera suficiente), tienen hackeadas mis redes sociales, mi WhatsApp, mi celular y los de mis familiares, así como las aplicaciones de mi celular, mi red internet y hasta mis correos electrónicos desde el año 2015. Lo supe porque una noche sorprendí a estas personas que no conozco, hablando de manera disimulada sobre esto, entonces corrí mi cortina. Apagaron las luces y se callaron de inmediato. Posteriormente, me quejé y hasta les reclamé (con toda la razón, porque vulneraron mi privacidad). Pero hasta la fecha estas personas continuaron invadiendo mi privacidad y metiéndose conmigo. Aunque en un principio me sentí mal por el acoso, matoneo, daño a mi imagen, suplantación de mi identidad, hackeo e invasión a mi privacidad e información bancaria, decidí no quedarme en el problema sino avanzar.
Y fue a partir de allí que comencé a investigar e indagar sobre el tema de la vulnerabilidad en el contexto digital, y me di cuenta de que en internet existen tutoriales para vulnerar la privacidad del otro, que existen canales de YouTube y sitios web en los que explican cómo hackear cuentas de WhatsApp, Telegram y demás redes sociales, y diferentes dispositivos digitales de distintas marcas (incluyendo el de la manzanita).
Finalmente, tomé una decisión radical: dejar de por vida las redes sociales (que, aunque las haya dejado utilizar, el mismo día que creí haberlas ¨eliminado¨ me las hackearon a medianoche) y dejar de utilizar mi smartphone (solo para lo estrictamente necesario). Desde entonces, aunque no tengo redes y utilizo mi celular y computador solo para fines laborales o académicos, puedo afirmar que fue la mejor decisión de mi vida no volver a tenerlas y utilizar estos elementos de trabajo para fines diferentes al ocio. Hoy en día me siento tranquila, en paz, más plena y feliz.
Finalmente vi que las redes sociales no son indispensables y que los elementos tecnológicos, aunque son necesarios, pueden usarse de forma controlada, y respecto a mis contactos, solo mantengo comunicación con aquellos más cercanos, que me aportan algo positivo a mi vida.
¿Aún te sientes seguro en la era digital 5.0?