Se destapa otro escándalo por temas de manejo y reventa de boletería en la Federación Colombiana de Fútbol, FCF.
Recordemos un escándalo sonado por boletería en el Mundial de Francia 98, cuando la empresa Saturno manejó una boletería que terminó extraviada o revendida. En su momento se abrieron investigaciones y al final entre los directivos y la comercializadora hicieron acuerdos y no se sabe si indemnizaron o no a los perjudicados.
En el 2001 se produjo otro escándalo con otra comercializadora, al parecer, con vínculos de los mismos socios anteriores, pero con diferente razón social. Igualmente, hubo cuestionamientos al Dr. Álvaro Fina, presidente para la época de la FCF, quien había remplazado al Sr. Bellini, que se fue por vínculos extraños.
Tras fallas en las tres clasificaciones a mundiales, vino una renovación dirigencial que logró el objetivo de llevar a Colombia a los mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018, con un comité ejecutivo encabezado por Luis Bedoya, Ramón Jesurún y el experimentado Álvaro González, miembro de varios comités anteriores y zar del fútbol aficionado.
Con logros deportivos y algunos defectos administrativos, este último comité se desluce al ser vinculado y declararse responsable su presidente Luis Bedoya en el escándalo de la Fifa, conocido como Fifa Gate.
Casi que paralelo a ese suceso se denuncia en Colombia por parte de Supersociedades una cartelización con beneficios especiales a una empresa o agencia para expender la boletería de las eliminatorias del Mundial 2014.
En primera instancia se sindica con multas a la primera línea de los directivos de la FCF y a los agentes logísticos por ventajas en la contratación para la distribución y anomalías en la venta de la boletería, situación que tiene hoy contra las cuerdas a la cúpula directiva de la FCF, mientras que Luis Bedoya enfrenta cargos por partida doble: el FIFA Gate y la cartelización de boletería.
Ahora vendrán recursos por parte de los directivos para revertir y salvar su reputación, lo cual está por verse por las pruebas y algunas delaciones de otros los implicados para acogerse a beneficios.
En otra orilla están los grupos de contradictores de los directivos implicados esperando la oportunidad de nuevas elecciones u otro mecanismo para formar parte de un cambio en la directiva de la FCF.
Es una lástima que los nuevos parecieron terminar con las mismas o peores prácticas que los anteriores. Como dice un eslogan de la vieja televisión internacional, “lo mismooo que aaanteees”.