En días pasados, al preguntársele al alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, la opinión que le merece el candidato —y eterno quemado— Sergio Isnardo Muñoz, y particularmente si lo está apoyando, respondió —en su estilo sin filtro, pero sincero— que él no apoya a Muñoz porque es un político que ha pasado por todos los partidos y "que ha sido más manoseado que una prostituta de Puerto Wilches, que lo único que no se le ha subido encima ha sido el ferrocarril".
No les negaré que me dio mucha risa la respuesta del alcalde, ya que pienso igual, toda vez que conozco la historia política de Muñoz y sé que es un ambicioso de poder que no tiene ninguna convicción, solo tiene hambre de un cargo público. Él no tiene ninguna idea única o que lo convierta en diferente, es solo alguien con aspiraciones políticas que no propone cambiar nada y no representa a nadie, salvo a sí mismo. Sin embargo, y nuevamente, la risa se acabó cuando llegó el bobo a "tirarse" el chiste, cuando llegó el mamerto —de izquierda o de derecha, da igual— a darle alcances a las palabras que no tuvieron y que solo el que las emite puede darlas...
¿A quiénes me refiero? Pues a los de siempre: a los mercenarios del micrófono, a los gobiernistas, a los "políticamente correctos" pero moralmente asquientos, a los que se rasgan las vestiduras por oír un "hijueputa" en vivo y en directo pero que no se sonrojan ni un pelo haciendo y publicando narconovelas que incitan a la prostitución y al narcotráfico... los medios de "comunicación" colombianos.
¿Cómo les parece que ahora al criterio magnánimo y correcto de estos "periodistas" el alcalde no solo insultó a las mujeres de Puerto Wilches, sino a las mujeres en general? ¿O sea que en su lógica al hablar de "prostitutas de Puerto Wilches" el alcalde estaba diciendo que todas las mujeres son prostitutas? Mmmm, me parece a mí que a estos personajes, que día a día acentúan el sexismo y la misoginia a través de sus noticieros y publicaciones, el inconsciente nuevamente les ha traicionado...
Ahora estos "correctos" de pensamiento no solo son periodistas sino psicólogos. Ellos saben los alcances que tuvieron las palabras del alcalde Rodolfo Hernández, porque ellos tienen el poder de saber qué es lo que piensa la gente. Es más, ellos son los que hacen pensar a la ciudadanía... y claro, por eso tenemos la sociedad que tenemos: viciosos, violadores, asesinos, ladrones y corruptos, a los cuales le rinden homenaje de manera subliminal volviéndolos novela, figuras públicas o simplemente dándoles trascendencia. Es que la doble moral no tiene límites... y en el futuro, cuando nuestros hijos estén estudiando y la verdad sea enseñada en los colegios, las palabras Caracol, RCN, Semana, El Tiempo, El Espectador, Vanguardia Liberal, Blu Radio, la W, etc, serán sinónimos de hipocresía y falsedad.
En primer lugar, los medios de comunicación odian al alcalde Rodolfo Hernández porque es un político sin filtros, que en primer lugar no los usa ni les da material porque eso lo hace a través de su página en Facebook. En segundo lugar, porque a pesar de los escándalos que ha tenido —agresión a un concejal, e incluso el de Vitalogik— ha demostrado, no con palabras sino con hechos, que su gestión ha sido austera y que ha normalizado la situación fiscal de Bucaramanga, en comparación a cómo la dejó el anterior alcalde Luis Bohórquez, al que sí amaban y elogiaban porque les daba entrevistas y los atendía "muy bien". Y en tercer lugar, porque el alcalde no pertenece a ninguna élite política que ellos conozcan, representen o defiendan: no es liberal, conservador, petrista, uribista, ni fajardista, santista, etc., él es él solo... su movimiento consiste en lo que él representa: sinceridad brutal y hechos por encima de las apariencias, y para la élite periodística de este país, hipócrita, alcahueta y lambona con el dirigente de turno, llevar la bandera de la honestidad y transparencia es una declaración de guerra tácita.
Yo invito —nuevamente— a la gente a que no consuma esos productos podridos que venden esas empresas periodísticas, porque descaradamente les mienten con el único fin de ponerlos a pelear entre ustedes mismos, mientras que los personajes que patrocinan y defienden pescan en río revuelto y se vuelven asquerosamente ricos con su ignorancia y desinformación. Apague el televisor y la radio, cancele su afiliación a sus revistas y pasquines, no se deje envenenar el corazón, la mente y el cuerpo con sus verdades a medias y con sus opiniones malintencionadas; saquen sus propias conclusiones, piensen por ustedes mismos y rompan la línea del odio. Lea un libro, vea un documental o si va a leer noticias busqu medios de información internacionales, quienes sí saben qué significa la palabra "objetividad".
