Tengo la barba larga, me gusta leer y una tristeza que no lava nadie. No me gusta casi nada. Solo soporto Radiohead. Radiohead es la escoba que limpia las telarañas de mi alma. Los conocí en 1997 cuando sacaron esa obra maestra que ha perdurado en el tiempo y que es Ok Computer. Cuando ví el video de Paranoid Android simplemente algo se desconectó en mi cabeza. Nunca volví a ser el mismo. Gracias a Radio Head soy más triste pero también más sabio. Después vino la universidad y aparecieron otros grupos pero Radio Head siempre significó para mí un culto reverencial, algo parecido a lo que puedo sentir por Bach o por Pink Floyd.
Siempre soñé con verlos y nunca pensé que vendrían a Colombia. En vivo son las locuras y mi consuelo lo encontraba en youtube. Tom Yorke tan oscuro, tan sexy, tan profundo. Parece un profeta del desastre y de la tristeza más que un ídolo pop. Pensé en viajar a Estados Unidos a verlo pero siempre estaba limitado. Ahora, gracias al Sound Hearts, un festival que se realiza en Lima, Buenos Aires, Río de Janeiro y Sao Paulo podré ver a mis ídolos. No sé cuánto va a costar la boleta que sale este lunes 4 de diciembre a las 9:00 a.m hasta el miércoles 6 de diciembre a las 12 de la noche en preventa del grupo AVAL. No sé cuánto y no me importa. Voy a venderlo todo, hasta mi anillo de matrimonio.
En redes se puso inmediatamente de sentencia y es que no es para menos. El concierto de Radio Head tiene la importancia del de Guns N’ Roses de noviembre del 92, el de los Stones del 2016 y el de este año de U2. Por eso hay que ir sí o sí. El parque deportivo 222 de Bogotá va a explotar de felicidad. Vamos a llorar. Seguro que vamos a llorar. De por sí yo ya estoy llorando.
Este es el video promocional