Votaré por Claudia López, por su rectitud, firmeza, inteligencia, su valentía en la lucha contra la corrupción y porque no hace parte de la clase política tradicional que ha saqueado al país por décadas. Voy con Claudia porque se ha preparado honestamente para gobernar y porque estoy seguro que lo hará con gente decente como ella.
Creo que, como cualquier metrópolis, Bogotá tiene muchos problemas, pero también conozco ciudades grandes que han logrado superar buena parte de ellos. Los más visibles de la cotidianidad son la inseguridad y la movilidad. Las causas han sido estudiadas a profundidad: a pesar de representar el 20 % de la producción industrial del país, la incapacidad del aparato productivo de la ciudad de absorber la fuerza de trabajo deriva en aumento de la criminalidad y el caos. 558.000 personas que habitan la ciudad están desocupadas, la cifra más alta desde 2004. La situación se agrava cuando se mira que la participación de la industria en el Pib de la ciudad cayó 34 %, mientras la intermediación financiera creció 71 % desde 2005, sin crear significativamente puestos de trabajo.
La historia demostró que el fortalecimiento empresarial está íntimamente relacionado con un entorno de negocios favorable, brindado por la infraestructura, los costos de energía, el acceso al crédito, a mano de obra capacitada y a avances tecnológicos, entre otros, todos estos costos asociados a políticas públicas. Pero durante el actual gobierno de Enrique Peñalosa esta no fue una prioridad y, en cambio, la industria manufacturera ni siquiera aparece mencionada en su Plan de Desarrollo.
El fortalecimiento empresarial requiere un entorno de negocios favorable,
que para Enrique Peñalosa no fue prioridad y, en cambio,
la industria manufacturera ni siquiera aparece en su Plan de Desarrollo.
Lo que sí se ha convertido en aspecto central de algunos gobiernos capitalinos es su connivencia con la corrupción, carcomiendo los cimientos institucionales, políticos y sociales de la ciudad. Es imposible construir algo que valga la pena sobre la lógica de que los más vivos (impopulares pero eficientes) tienen un camino expedito para el enriquecimiento privado con recursos públicos y con la certeza de la impunidad.
Dicho lo anterior, las elecciones se ganan con votos y -según las encuestas- solo Carlos Fernando Galán y Claudia López tienen posibilidad matemática de ganar. La campaña de Galán consiste en el característico engaño de que no es político y es independiente. Solo basta con mirar su hoja de vida para descubrir la mentira: fue asistente de César Gaviria en la OEA, concejal de Cambio Radical, el partido con más personas en la cárcel en la historia reciente de Colombia. También fue candidato a la alcaldía de Bogotá por Cambio Radical, director y presidente de Cambio Radical (no en una, sino en dos ocasiones), funcionario del gobierno de Juan Manuel Santos y -por último- senador de Cambio Radical. Ni una sola de las cosas que ha hecho Galán en su vida profesional, ha estado alejada del poder político y le debe favores a Gaviria, Santos y Vargas Lleras, entre otros.
Votaré por Claudia porque me emociona pensar que Bogotá estará dirigida por una mujer que entiende que es por medio del estímulo de la producción local que se logrará absorber la fuerza de trabajo para que las personas tengan oportunidades de mejorar su calidad de vida.
@mariovalencia01