Admiro y confío en la Registraduría. Desde el 2010 estuve relacionada con las actas E14 de transmisión; en 2011 hasta 2018 fui transmisora en preconteo de votos, es decir, subir las mesas de transmisión a los medios de comunicación y dar el boletín del conteo de votos; al día siguiente se daban las polémicas y las opiniones públicas como se viene haciendo.
En 2019 pasé con la Registraduría como delegada de puesto para autoridades locales, me fue bien, y ahora con el Congreso que tuvieron uno que otro error los jurados de votación porque no pusieron atención a las capacitaciones y lo que hubo es saboteo en tachaduras y enmendaduras, asteriscos y rayas; los transmisores se enredaron por una E14. Qué vergüenza con la democracia.
De ahora en adelante tenemos que retroalimentarnos aceptar nuestros errores y comenzar a analizar para las elecciones de presidente, que es lo más importante y delicado; y cuidar y preservar los votos; no como hizo una cierta jurada desadaptada que rompió los votos con odio. Todos tenemos derecho a votar y ser elegidos. La facultad concreta los valores de dignidad, libertad, igualdad, no discriminación, solidaridad y justicia.
Hay personas inescrupulosas que se meten en la página de la Registraduría para escribir cosas ineptas, nefasta, calumnias y haciendo quedar mal con la organización electoral. Es más, se han metido en la vida para no dejarlo progresar (eso se llama ser hacker), inventando noticias falsas.
No voy a dejar el trabajo con la Registraduría porque estoy desempeñando algo importante en lo electoral, sé que esto se da cada 4 años y cuando la requieran según los mecanismos de participación.