Si no ocurre nada tan relevante, como para hacerme cambiar de opinión, votaré por Sergio Fajardo. No obstante, su timidez y falta de contundencia a la hora de sostener el debate político, tiene experiencia, principios y equipo. Además, ha hecho su carrera sin acudir al clientelismo y tiene una visión de país convincente.
Tenía pensado votar por Humberto de la Calle, un hombre de principios, conocimiento, experiencia, capacidad de negociación para afrontar el reto de la polarización y entereza moral para enfrentar la corrupción. Sin embargo, algunas de sus principales virtudes son también grandes defectos y su lealtad hacia César Gaviria, unida a su respeto por los protocolos y la disciplina de su partido, han dado al traste con sus opciones.
Entiendo a los que se inclinan por Gustavo Petro, porque su visión de país y su contenido programático apuntan a solucionar los problemas reales del país, pero temo que su eventual llegada al poder vendría acompañada de una crisis de gobernabilidad sin precedentes en el país.
Alcanzo a comprender a quienes piensan votar por Germán Vargas Lleras porque, aunque carece de autoridad moral para enfrentar la corrupción y por el contrario, de llegar al poder tendría muchos favores políticos por pagar. Además, tiene sobrada experiencia de gobierno y ha demostrado eficacia en la ejecución.
Lo que no puedo entender es que, teniendo una baraja de candidatos suficientemente competentes, terminemos eligiendo a un candidato que, como Iván Duque, carece de la preparación y de la experiencia de gobierno necesarias para enfrentar el reto de dirigir una nación de cuarenta y ocho millones de habitantes, con tan complejos problemas de orden social y económico.
No entiendo que, empresarios que para seleccionar personal para cargos medios en sus organizaciones solicitan experiencia demostrada de cinco años al mando de equipos de trabajo y probados logros ejecutivos, estén dispuestos a entregar la administración del país a una persona que nunca ha tenido a su cargo más de siete personas, que nunca ha sido elegido en las urnas por mérito propio para un cargo público y que carece de la entereza suficiente para desmarcarse de su padrino político, aunque esto le implique renunciar a sus proclamados principios.
Vote por quien quiera, pero, por favor, ¡hágalo de manera consciente!
Colofón: Leer un poco más ayuda a formar criterio. Pasar por la vida sin leer es extremadamente peligroso, termina uno creyendo lo que circula en redes, sin siquiera discernirlo.