Mi voto se centró en lo acordado en dos puntos concretos: justicia transicional y víctimas, considerando que en mi opinión estos puntos no ofrecían garantías para que la paz que con estos acuerdos se lograra fuera una paz verdadera y perdurable; sin embargo, decepciona el hecho de que el ex presidente Uribe, el ex procurador general de la Nación, y en general todos los miembros de la bancada del NO irresponsablemente no tuvieran claro lo que iba a articular el diálogo ante el triunfo de su postura. Es decir, a los "cabecillas del NO" les queda perfecto el refrán paisa "con la cruz en el pecho y el diablo en los hechos" porque a pesar de las múltiples referencias que hicieron a la verdad, a la transparencia, a la institucionalidad etc. lo que se está evidenciando es que ni ellos mismos sabían, ni saben, y más peligroso aún, no sabrán qué hacer con el triunfo del "NO".
Yo voté por el "NO" pero me avergüenzo de aquellos que me representan en mi decisión, pues incurren en los mismos errores que atacaron, no tienen ninguna propuesta, porque aparentemente nunca les importó plantear una, sino simplemente impedir que la foto se tomara sin ellos; respeto profundamente a quienes votaron "SÍ" y a quienes como yo votaron "NO", pero denuncio la estafa de la que estamos siendo víctimas los que votamos por el "NO" porque aunque nuestro voto -por lo menos en mi caso- fue a conciencia, representó darle poder a un grupo de personas a las que pensé les afligía las mismas preocupaciones que a mi respecto al acuerdo, pero que en la práctica demuestran que su posición fue la del "NO" porque "NO".
El señor ex presidente Uribe adquirió un compromiso con todos los colombianos el pasado 2 de octubre; devolverle la esperanza y la capacidad de soñar y de creer a quienes votaron por el "SÍ" y demostrar que quienes votamos por el "NO" lo hicimos desde una visión crítica, con fundamentos y argumentos sólidos y no llevados por los "arranques de fanatismo" o de la retórica conspiracioncita del doctor Uribe y su séquito. Al senador Uribe sólo le diría que ya no es sólo su credibilidad o la de su partido la que está en juego, sino el futuro del país. Si el acuerdo final ataca la democracia, desdibuja el Estado social de derecho, pone en riesgo la propiedad privada, la familia, la vida, la libertad, la institucionalidad, la justicia y la verdad; sírvase manifestar en qué circunstancias ese riesgo se puede llegar a materializar; no se arriesgue a pasar a la historia como un político pataletudo que simplemente no se pudo resignar a que otros hicieran lo que pensó que sólo estaba reservado para ser hecho por él.
NO ME SIENTO REPRESENTADO, POR LO QUE CREO QUE MI VOTO FUE BOTADO A LA BASURA. Finalmente a los "cabecillas del No" les recuerdo que "no hay que creer que el indio es pobre porque la maleta es de hojas", es decir, no crean que por haber votado por el "NO" tienen licencia total y absoluta para hacer lo que les venga en gana, sino para hacer aquello a lo que se comprometieron con el País, es decir garantizarnos una paz firme y duradera.