A 15 días de las elecciones para Presidente en Colombia, cualquier paisano mínimamente informado se debe estar debatiendo entre la repulsión que le producen los candidatos a la Presidencia de la clase política tradicional, envueltos en escándalos producto de la cercanía de sus asesores con narcos que pretendían beneficios a cambio de sus “narco-dólares”, o el contratar servicios con una empresa que conseguía información de manera ilegal y fraudulenta; o la posibilidad de que su voto sirva para establecer cambios en la dirección de este país.
El malestar de la mayoría de los electores colombianos obedece a la actitud cínica de quienes ayer aparecían en la misma foto haciendo parte de un mismo gobierno, con los mismos intereses, “tapándose con la misma cobija”, y hoy salen cada uno por su lado posando de “honesto y transparente”, y denunciando al otro por las faltas éticas, penales o casos de corrupción, como si no los hubiesen conocido antes, haciendo alusión al dicho popular “en peleas de comadres aparecen las verdades”. En esa foto de “ayer”,” para la historia”, aparecen el candidato presidente, el candidato del ex presidente y la candidata ex ministra del ex presidente.
Así las cosas, quedan en la escena el voto en blanco, el voto por la candidata del Polo y el voto por el candidato de la Alianza verde.
El voto en Blanco como lo proponen algunas personalidades, una de las últimas en hacerlo fue el escritor Fernando Vallejo en su discurso en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, http://www.elespectador.com/noticias/cultura/el-discurso-de-fernando-vallejo-el-voto-blanco-articulo-490169, es una muy buena iniciativa que desafortunadamente no alcanzará a tener los votos suficientes, gracias a las maquinarias electoreras y a todos sus resabios.
De acuerdo con el artículo 9 del Acto Legislativo 01 de 2009, "Deberá repetirse por una sola vez la votación para elegir miembros de una corporación pública, gobernador, alcalde o la primera vuelta en las elecciones presidenciales, cuando del total de los votos válidos, los votos en blanco constituyan la mayoría. Tratándose de elecciones unipersonales no podrán presentarse los mismos candidatos, mientras que en las corporaciones públicas no se podrán presentar a las nuevas elecciones las listas que no hayan alcanzado el umbral". La Corte Constitucional, en sentencia C-490 de 2011 declaró inexequible la norma de la Reforma Política que ordenaba repetir elecciones "cuando el voto en blanco obtenga más votos que el candidato o lista que haya sacado la mayor votación" y en consecuencia la mayoría necesaria para repetir la elección es mayoría absoluta, es decir el 50% más 1 de los votos válidos, y no mayoría simple.
La candidata del Polo, de la cual nadie puede dudar de su preparación, su formación, su honestidad y su capacidad para gobernar un país que le cabe en la cabeza, pero que la dirigencia de su partido no ha entendido o no ha querido entender que es sumando fuerzas, no restando como se puede ser opción real de poder y para esto necesita aliarse con sectores democráticos y progresistas, sin sectarismos, como ha ocurrido en Chile con la Concertación de Partidos por la Democracia que eligió a Michelle Bachelet como presidente en el 2005 y posteriormente en las elecciones presidenciales de 2013, por un movimiento conformada por la ex Concertación y otros partidos de izquierda, en la cual ganó por una amplia mayoría de votos.
O lo sucedido en Uruguay con el movimiento Frente Amplio que le permitió elegir a Tavaré Vásquez como presidente entre el 2005 a 2010 y a Pepe Mujica a partir del 2010, mandatarios caracterizados por hacer reformas progresistas en favor de las mayorías. (The Economist ubicó a Mujica y a su país en el primer lugar del ranking mundial del 2013 por modesto, audaz y liberal y por el crecimiento económico)
Finalmente, el candidato de la Alianza Verde que despierta cierta antipatía entre algunos sectores de la población y militantes de izquierda por su prepotencia y sus acciones privatizadoras cuando fue el alcalde de Bogotá, hoy con Claudia López -senadora electa- como Directora programática y del Senador Camilo Romero que mediante un acuerdo programático apoyó la campaña, deben ser garantía, al igual que muchas personalidades democráticas de hacer del programa de gobierno, más que del candidato, una opción para construir un gobierno contra la politiquería, en favor de las mayorías y en beneficio de la Nación. Como dirían algunos por “descarte” esta puede ser la opción.
