Hay que salir a votar en la consulta anticorrupción. Independiente de si algunos líderes políticos que la apoyaban dieran marcha atrás la semana pasada. El 26 de agosto los ciudadanos deben expresar su opinión, sí o no, en cada una de las siete casillas del formulario.
El presidente Duque y la ministra del Interior han manifestado que la respaldan a pesar de que el senador Uribe decidió dar la instrucción de no votarla con el argumento de que los proyectos de ley presentados por el nuevo gobierno en contra de la corrupción hacían innecesaria la consulta. Sin conocerse hasta donde Duque puede llegar en su independencia frente a su mentor, ha sido, al menos, consistente con su posición en el Congreso y la expresada durante la campaña electoral.
El de la consulta anticorrupción es un proceso sustentado, inicialmente, en la recolección de más de cuatro millones de firmas y que hoy adquiere una enorme relevancia política. No ha transcurrido una semana de la posesión de Duque y las sorpresas políticas apuntan a la pregunta de si amplios sectores de la ciudadanía cuentan con espacios políticos con voz y voto en determinar la agenda política de lo próximos años. Votar en la consulta anticorrupción juega en ese sentido.
Las sorpresas políticas apuntan a la pregunta de si sectores de la ciudadanía
cuentan con espacios políticos con voz y voto
en determinar la agenda política de lo próximos años.
Lo primero, faltando tres días para la posesión del nuevo presidente, las declaraciones de la vicepresidente Marta Lucía Ramírez, a propósito del referendo que los congresistas Valencia, Holguín y Prada pretenden adelantar para tumbar las bases del acuerdo. El gobierno es una cosa y el Centro Democrático, otra. Es decir, al gobierno no apoyará el referendo. Así de sencillo.
Después, con diferencia de horas, la declaración de Duque en San Andrés sobre su apoyo a la consulta anticorrupción y, pocas horas más tarde, la instrucción, en sentido contrario, del senador Uribe. ¿Qué o qué, finalmente?
Cuando el senador Uribe apoyaba públicamente la consulta. Foto: Video institucional
El viernes pasado, el joven ministro de vivienda, Jonathan Malagón, anunció el nombramiento de Víctor Saavedra como viceministro. Saavedra ya había sido uno de los viceministros de Gina Parody. La reacción del primer anillo del CD fue inmediata. La senadora Guerra tachó el nombramiento de desatinado. ”Fue responsible de cartillas de ideología de género lideradas por Gina Parody y rechazadas por las familias colombianas. No basta una hoja de vida si no se comparten principios en los temas de trascendencia.”
La pauta del reclamo a Duque, cuando no llevaba más de cuatro días de presidente, la da Sergio Araujo Castro, quien luego de manifestarle el orgullo que el CD tiene por la dimensión intelectual (de Duque) le dice que “los hombres no son como los ríos, devuélvase, corrija una designación que, si nos ofende, es porque lo irrespetaban a usted y a Álvaro Uribe”.
Congresistas se reúnen con el presidente y le piden que les sean presentados los ministros, dando a entender que no fueron consultados. Muchas quejas del bando propio en menos de siete días. ¿Cuerda que se revienta pronto?
No puede pasar desapercibida la audiencia de la JEP del pasado viernes en la que oficiales, un suboficial y varios soldados, acusados de falsos positivos y con la presencia de las madres de Soacha, firmaron acta de sometimiento ante la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas. “Pido perdón a todas y cada una de las víctimas directas e indirectas de este crudo conflicto…”, dijo el coronel (r) Gabriel de Jesús Rincón. ¿En qué quedará el procedimiento especial para los miembros de la fuerza pública si ya se están acogiendo a la JEP?
Por otro lado, aunque la política antidrogas ha sido anunciada como de más dosis de lo mismo de antes, incluyendo el uso del glifosato, para “ahora sí”, erradicar los cultivos de coca, la sentencia de jueces de San Francisco (California) de condenar a Monsanto, la productora de los herbicidas, incluyendo el glifosato, a pagar USD 289 millones al jardinero Dewayne Johnson por los efectos cancerígenos que su uso le provocaron. Es el mayor precedente en décadas de demandas contra el gigante de los herbicidas, incluyendo las de campesinos cocaleros. El gobierno y el ministro de Defensa parecen desestimar el veredicto de la OMS en 2015, de acuerdo con el cual el glifosato tiene impactos cancerígenos.
En otras palabras, hay espacios grandes para la acción ciudadana. Votar en la consulta anticorrupción es uno de ellos.
