Fue la experiencia más aterradora, no tenía idea de con quién vivía ni de quién en realidad era mi familia.
Unas noches antes de Navidad, estando en casa sola, me pregunté qué debía comprar para regalar en nochebuena. ¡Vaya! No sabía qué le gustaba a mis hermanos y menos a mis padres. Eso era curioso, ya que los veía todos los días en casa.
Sin saber qué obsequiar, decidí comprar una corbata muy fina para mi padre. Sin embargo, la noche en la que se la di supe que no conocía a mi familia. Me enteré de que a mi padre no le gustaba usar esmoquin, ya que se consideraba un hombre más deportivo.
Fue una experiencia aterradora. Soy su niña, “la luz de sus ojos”, ¿cómo era posible que no supiera qué regalarle? Eso me llevó a pensar en nuestro día a día, donde vivimos en mundos de cuatro paredes y un dispositivo tecnológico, donde si nos preguntan por una celebridad, una nueva canción o una nueva app, seguro sabríamos responder correctamente.
Pero, te has preguntado con quién vives, cosas como: ¿sabes dónde conocieron tus abuelos?, ¿qué carrera profesional quería estudiar tu padre y no lo logró?, ¿qué marcó la infancia de tus tíos?, ¿cuál es el sueño que le queda por cumplir a tu madre?, ¿cuál es el libro preferido de tu hermana?
Cosas tan sencillas que hacen que sepas de qué depende la felicidad de quien está a tu lado. Las redes sociales siempre están y estarán, nuestra familia no. En realidad no conocemos tanto como deberíamos a nuestros padres, hermanos, abuelos, por eso de ahora en adelante es una oportunidad para acercarnos más a las personas que nos rodean.
Cuiden, den más abrazos, apapachen su alma, digan más seguido sus sentimientos, produzcan más sonrisas en sus padres, den regalos sin motivo alguno, disfruten en familia, conozcan su familia.
Poner atención a todas las cosas fundamentales para tu felicidad, familia, amigos, salud y tus pasiones. ¡Crear vínculos irrompibles!