La noche del jueves 12 fue la fiesta de las galerías. Todas abiertas con sus nuevas propuestas. Se puede obtener una versión fugaz de la visita. Después volvemos a observar lo que nos gustó o lo que no nos interesó para entender la atención del artista. Pero es una buena idea y una feliz experiencia ir deambulando una noche por el camino del arte contemporáneo.
La galería El Museo inauguró donde en el primer piso una nueva exposición: Monólogos del artista Sebastián Dávila. Alguien como muchos que, comenzó en el refugio de arquitectura, continuó con fotografías y ahora presenta esculturas. Los elementos recurrentes que utiliza son detalles en miniatura, que representan la soledad de un hombre ausente. Una silla mínima en la escultura de la ausencia autónoma de la referencia donde la escala humana no tiene espacio. O, aparece una escalera que no lleva a ningún lugar tiene las mismas dimensiones. Mundo objetual que representa un objeto caduco donde un cajón con cemento enmarcado en cemento tiene que ver con el trabajo de Doris Salcedo. Interesante pero nada espectacular y ya conocido.
En la exposición Lenguajes en papel que continúa por un mes más porque ha tenido buena recepción dentro del público presenta trabajos interesantes. Uno, por ejemplo, es el de Alberto Baraya con su obra minuciosa sobre los paisajes que unen lo geográfico con lo científico porque trabaja sobre las láminas de la Expedición Botánica. Una flor como la Heliconia la descompone dentro el rigor científico. El artista le añade su propia versión en la extensión de dibujo sobre las cosas donde el mercado de plantas de plástico que hecho en China, invade la propuesta natural de nuestras flores. Cada segmento de la flor es un continente, cada parte de forma es una explicación de la estructura natural de lo artificial y el dibujo es una prolongación formal que nos explica el material en que está realizada la naturaleza artificial.
Luz Ángela Lizarazo, genial artista bogotana presenta, como siempre un nuevo proceso en su trabajo. Dibuja las bellas mallas de huesos de la suerte de pollo con los que tejió imágenes y que trabajó el año pasado en busca de su tema constante de una red y, dejó volar a sus pájaros del Paraíso que, tienen una cola tan pesada que los atrapa la gravedad, en su obra titulada Estudio sobre el Vuelo.
La instalación de fotografías del barranquillero Álvaro Barrios (1945) lleva el título: Diálogos de Reinas, cómo siempre su arte Pop está cerca a los norteamericanos y esta vez, su prototipo es Andy Warhol. Una de fotografías granulada que tiene el convenio de una disputa entre la reina Isabel, la reina Madre, Evita Perón, Margaret Thatcher. Todas imágenes Pop de los medios de comunicación social son repetitivas. Porque se trata de un diálogo inventado por hechos históricos entre la disputa sobre las Islas Malvinas. Alvaro Barrios, siempre ha trabajado bien los diferentes tiempos de la obra mientras deja su mensaje en escritura manuscrita.
José Horacio Martínez presenta unos cuadritos mal pintados. Una pintura sucia en un papel de tamaño minúsculo para sus intenciones pictóricas.
Otoniel Borda presenta una obra ingeniosa: trabaja bloques geométricos de mapas de colegio, cartografía de una pirámide andrógina que conjuga guerras con un tanque de guerra que de lejos tiene apariencia de señora con sombrero. En su frágil pirámide de fragmentos y su aparente sombrero aparece un tanque de guerra que muestra de las geografías indispuestas. Un trabajo impecable con buen manejo de espacio.
En el espacio de La Galería expone el bogotano Andrés Villa de 37 años, en su exposición titulada Geometría de la Catástrofe rompe a pedazos la cerámica china y corrompe los fragmentos en estructuras lineales, disconformes con su regularidad. Está presente la teoría de la Destrucción-Construcción o viceversa. El propósito del artista es quebrar el sentido de la red de la cotidianidad.