En la esquina occidental de la carrera 30 con calle 80, sobresale una construcción admirada por su arquitectura, se trata de la mezquita, lugar consagrado para la fe musulmana en la que se pueden hacer diferentes actividades y ejercicios como: estudiar , aprender árabe, conversar con los amigos y en especial orar al supremo, al creador es decir a Dios.
En las puertas de acceso a la mezquita se observan escritas en árabe palabras provenientes del Corán (libro sagrado) y los altos ventanales de los cuales tienen mayor altura los que están orientados hacia la meca (lugar sagrado). Sus paredes exteriores son en mármol y cuenta con algunos salones para orar y baños para uso de los fieles. La Cúpula y la torre son majestuosas y en su parte superior tienen unas medias lunas plateadas símbolos de oriente medio.
Son las doce y media del viernes 15 de noviembre y a esta hora comienza la oración de los viernes en la que por unos cuarenta y cinco minutos cerca de 70 hombres y unas 7 mujeres piden y oran a Ala. Los fieles asistentes en su mayoría de origen árabe con abundantes Barbas saludan así: Salan Ailakum o que la paz sea contigo “, a lo que se debe responder Malekum nsala que significa “estoy limpio, vengo limpio “o bendición para mí.
Previo a la oración hay un rito llamado Ablución, que según nos indica el señor Nelson Ordoñez, vocero de la mezquita, es “un baño, una limpieza física y mental que se hace antes de la oración o en algunos eventos especiales, luego del matrimonio o cuando una persona ha muerto. Es un acto de purificación con un componente espiritual y un componente físico, hay un baño general y un baño de ablución corto que es el baño de las manos, la cara y la boca, es diferente.
“Espiritualmente la persona se cuestiona sobre las cosas que ha hecho bien, o lo que ha hecho mal y analiza que aspectos de su vida a futuro deben mejorar”.
Ordoñez también nos comenta sobre lo que es una mezquita y señala que “una mezquita es un espacio que la comunidad musulmana destina para la realización de sus actividades religiosas, culturales, educativas y de fraternidad, es un área social“.
La oración en el caso de Bogotá se lleva a cabo a las 12 y media del día viernes por ser el día señalado siendo siempre después del medio día y por razones culturales en la ciudad, también se tienen en cuenta el caso de la restricción (pico y placa) y la hora del almuerzo.
En Bogotá existen alrededor de tres mil personas que son musulmanes de tradición, hijos descendientes de musulmanes, conversos, migrantes y amigos de la Mezquita.
A la oración pueden asistir personas de todas las religiones, “si es católico puede venir, si es cristiano puede asistir obviamente si eres musulmán, porque la búsqueda de la espiritualidad y el camino hacia Dios es un acto personalísimo”.
En la mezquita de la 30 se le reza al creador a Dios, si hablas en árabe a Ala, si hablas en inglés God. El dios que crea, el que permite la existencia y el que eventualmente pondrá fin al plan divino para este universo.
Si los fieles llegan a la mezquita a orar, ellos mismos deben buscar su camino por que nadie guía, porque nadie puede llevar a otro a creer con firmeza, eso solo lo hace Dios y el espacio para moverse el individuo, que es su voluntad.
La mezquita está decorada con unas imponentes lámparas y unas alfombras de color verde claro adornadas con elementos de la cultura árabe que están allí porque según Nelson Ordoñez son “proporcionales a la fe en un lugar de culto y su grandeza se debe a que es la casa del señor y así deben ser los objetos que la habitan “.
Los hombres y las mujeres están separados en la oración por razones prácticas, es decir como se llevan a cabo postraciones a las mujeres se les dificulta esto con los faldones que visten por lo que ningún hombre debe estar ubicado detrás de una mujer y ellas se hacen a un lado o en la parte superior de la mezquita lugar donde también pueden amamantar a los niños y estar más cómodas. Para la oración, todos los fieles se despojan de sus zapatos y permanecen en medias para poder postrarse y entrar en oración.
El imam Amatael nos comenta que “el musulmán reza cinco veces en el día, pero las oraciones que hace no deben sobrepasar los veinte minutos y son alimento para el espíritu”.
“Dios es para los musulmanes el ser más clemente, el más indulgente, el más misericordioso, el planeador del universo” señala amatael.
La oración del viernes se presenta para tender puentes entre el Islam y ciertos aspectos de la vida para que el musulmán sienta la presencia de Dios sin importar en que ámbito este, después y antes de la oración del viernes el musulmán puede sin restricciones asistir a su lugar de trabajo o dedicarse a otras actividades.
La religión musulmana no tiene sacerdocio y no se hacen ceremonias como la primera comunión o el bautizo, ritos como el matrimonio pueden ser consentidos entre el padre y la hija (novia) con la presencia de dos testigos.
El diezmo o la contribución no son obligatorios, pero según el iman Amatael en el islam está escrito que “cuando logras ahorrar anualmente más del precio de 96 gramos de Oro, tú debes pagar 2,5 % a los pobres, pero no al templo, a los pobres directamente”.
Son las 3 00 pm, ya es hora de partir, el imam Amatael se despide y nos dice en árabe مرحبا بكم وشكرا لزيارة مسجدنا.
Cuya traducción es “bienvenidos sean todos y gracias por visitar nuestra mezquita”.
@fontalvini