El pasado ocho de julio, se estrenó el videoclip La bicicleta. Un mes atrás, con los anuncios de su realización en escenarios de Barranquilla y Santa Marta, la estrategia mediática se encargó de convertir esa obra musicoaudiovisual en un éxito (“sin precedentes”, decían los medios “nacionales” kitsh de Bogotá), como de ficción, porque hasta ese momento nadie había visto el clip finalizado.
Lo peor o mejor del video y canción La bicicleta no es que se reproduzca como virus en redes sociales (¡vaya!), ni mucho menos el facilismo creativo Shakiravivesco, sino la reproducción epidémica del mal gusto, y la forma como ese mismo mal gusto, con el respaldo de los medios, convirtieron un seudorreguetón con minusvalía renovadora, en un acontecimiento de gran impacto efímero.
Las opiniones también son variadas. Reproduzco aquí solo tres de diversos matices para descomprender el fenómeno del video de las dos ruedas, con dos cantantes que ante la imposibilidad de mostrar obras que los renueven, se suman al perturbador movimiento del tun tun tun galopante, respaldado por emisoras que dicen que la gente la prefiere “Porque me pone de todo”, de lo peor, por supuesto.
Aquí las respuestas de tres personas ante la pregunta ¿Cómo te pareció el video de La bicicleta?
Barranquillero compositor
A mí hasta me iba gustando ese video, los paisajes, el mar, la Avenida del Río, Nueva Venecia, el colegio La Enseñanza, donde estudió la pelá, to’eso full bacano, hasta que escuché esa frasecita metida de la peor manera y que: “Le gusta Barranquilla, le gusta Barcelona”. Nojoda qué, que Barcelona ni qué… se hubieran inventado algo más solle “Le gusta Barranquilla le gusta La Arenosa”, o algo más nuestro como “Le gusta barranquilla le gusta la recocha”. Estoy inspirado. Nosotros no tenemos nada que ver Barcelona, eche… y luego, en el último pedazo, eso de que “mi Pique”, Pique fue la mascota del mundial de México. Se le está pegando la brutalidad del marido brother, pero como haces tú una canción en la que metes a tu marido y lo llamas “mi Pique”. Al comienzo dice Piqué pero después se le salió otra vez el Ublime del himno y que “mi Pique”, llave, te la tiro suave, el próximo que me pregunte si me gustó el video de la La bicicleta, le digo de una: eche, busca un burro…
Académica y estudiosa
Deseo anotar primero que hay una serie de dismorfias narrativas que construyen un relato bullido, sin textura definible. Al comienzo, hay una escena con una iluminación que se disocia del relato paisajístico recurrente. Ese es el lugar de encuentro entre los dos cantantes en medio de una oscuridad incompresible en la que bailan espontáneos que lucen más naturales que los artistas. La vestimenta de la cantante es de un eclepticismo dubitativo que inunda de distorsiones los conceptos del espectador. Su primer vestido, averdologado, con pronunciados cortes verticales, desmejoran su figura al bailar y muestran su tendencia circunspecta de su período Piqué. El vestido azul de arandelas, que deja ver la copa colorida de lo que parece un vestido de baño, insinúa una escena que jamás sucede. Una suerte de tutú azul, cual obra de Degás, de un momento a otro se torna fucsia, para completar los cromos de una muñeca tierna que es como quiere mostrarse la madre y esposa barranquillera. Eso sin contar su vestimenta mientras recorre la Avenida del Rio en Barranquilla y los raspaos en vasitos plásticos. Una serie de detalles que al final estructuran una obra inacabada, descuidada y evaporadiza.
Samario contra Carlos Vives
Óyeme Carlos, con tanta playa bacana en Santa Marta y sus alrededores, y te fuiste a mater en ese botadero de palos marinos, ahí la disimulaste con los palos de colores, hasta la vaina se ve bien. El sonsonete aguanta que lo ponga unas tres veces, pero luego ya se raya compadre, ahí falto meterle más inteligencia samaria propio de tu grandeza. Te voy a ser franco, con tanta bulla que armaste, uno esperaba una bomba completa, pero eso ni llegó a chispita mariposa. Hermano, lo que sí me dolió fue que las escenas de futbol, cuando sales con la camiseta del “nunca te paras” Unión Magdalena no fueran en Pescaito, en La castellana. Mi hermano, eso habría sido motivante, a ver si los nuevos pelaos se les da por coger el balón, en vez de estar pensando en contratos en euros sin entrenar con seriedad. La decadencia del futbol samario debería ser un desastre nacional y nadie le para bola a eso. Hermano, si querías mostrar la riqueza, tradición de las dos ciudades, ahí faltó meterle personajes populares, carnavaleros, fiesteros, vida del barrio, pero ese viaje de “Llévame, llévame en tu bicicleta/ Óyeme Carlos llévame en tu bicicleta”, lo deja a uno con la incertidumbre de saber si es que los dos se montaron en las ruedas del mal gusto o es un trabajo de transición, como espero que así sea, mi hermanito.
CODA: Me pregunto cuándo se pondrán en funcionamiento las otras estaciones de Transcaribe que son presa de la lluvia, el comején, y el deterioro. Me pregunto cuándo serán reparadas las estaciones que sí están en funcionamiento, que parecen tan viejas como las del Transmilenio de Bogotá.