Violentas manifestaciones en Guadalajara, México, por el asesinato de Giovanni López

Violentas manifestaciones en Guadalajara, México, por el asesinato de Giovanni López

El caso de este joven que murió mientras estaba bajo custodia de la policía ha generado varias protestas. La gente reclama justicia

Por: Carlos de Urabá
junio 10, 2020
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Violentas manifestaciones en Guadalajara, México, por el asesinato de Giovanni López
Foto: Carlos de Urabá

La muerte el 25 de mayo del afroamericano George Floyd en Minneapolis a causa del maltrato policial fue el detonante de una ola de multitudinarias protestas antifascistas y antirracistas en todo los EE. UU. y también a nivel global. Por efecto simpático sucedió algo similar en Guadalajara (México) a raíz de la detención, tortura y asesinato del joven obrero Giovanni López por parte de la policía de Ixtlahuacán de los Membrillos (Jalisco).

Este crimen se cometió el día 4 de mayo, es decir, ¡hace ya más de un mes! Por increíble que parezca este caso lo reactivó un tuit que el afamado cineasta Guillermo del Toroe le envió al gobernador de Jalisco Enrique Alfaro: “No es abuso de autoridad. Es asesinato. El sinsentido, la locura que ocurra un asesinato por un asunto de salud pública”. Más adelante, la actriz Salma Hayek también pidió justicia para Giovanni. El hecho trascendió a los medios de comunicación de masas y en las redes sociales con el hashtag #Justicia para Giovanni, en el que se incluyó un video donde se aprecia cómo violentamente los policías arrestan al joven albañil. De esta manera Giovanni se convirtió en el George Floyd mexicano.

El día que mataron a Giovanni López nadie le dio la mayor importancia a este espantoso hecho, ni siquiera lo reseñaron los medios de comunicación, aunque su familia denunció el caso publicando un vídeo donde se ve al joven detenido por la policía por no llevar un cubrebocas. En el estado de Jalisco el gobernador Alfaro decretó que se iban a cumplir a rajatabla los protocolos de salubridad para combatir el coronavirus y que por lo tanto era obligatorio llevar el cubrebocas. Aquel que no lo usara podría ser detenido por la policía y penalizado con una multa.

Al parecer Giovanni se resistió a la detención y quiso grabar el rostro de los policías para denunciarlos. Entre gritos desesperados de "ayúdenme", el comandante de la policía lo amenazó diciéndole “te voy a matar a ti” (según confirmaron los testigos). Se lo llevaron esposado a los calabozos de la comisaria de seguridad. “Estaba muy agresivo y bajo el influjo de las drogas”. La familia fue a reclamarle al alcalde de Ixtlahuacán de los Membrillos el señor Cervantes Aguilar para que dejara libre a Giovanni, a lo que él les contestó que “sería regresado vivo a las 10:00 horas del día siguiente”, “pero antes tenía que pedir disculpas”. Y para rematar, el alcalde intentó sobornar a su hermano Christian con 200.000 pesos para que le diera el video grabado en su celular donde quedó la prueba incriminatoria contra los policías bajo sus órdenes.

“Cuidado con armar escándalo porque la cosa se puede poner muy negra”, les advirtió al mejor estilo mafioso. Al otro día su familia se presentó a la hora señalada en la comisaria para recibir a Giovanni pero les comunicaron que ya no estaba allí porque había sufrido un “accidente”. Mejor dicho, que a los policías se les había “pasado la mano” y se lo habían llevado al hospital civil. Entonces, se dirigieron al nosocomio donde al preguntar por él un funcionario del ayuntamiento de Ixtlahuacán les comentó que “Giovanni estaba finado”. En estado agónico lo trasladaron al hospital civil donde lamentablemente falleció a causa de un traumatismo craneoencefálico. ¡Claro que se los iban a entregar, pero en una caja de madera!

Y volvemos a repetir que esto sucedió hace más de un mes y por entonces nadie se preocupó por este trágico incidente, ni siquiera la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco, la Fiscalía o la Secretaria de Seguridad. O sea, que pasó completamente desapercibido porque al fin y al cabo era una víctima más entre los cientos de muertos que se producen mensualmente en la entidad. Como los funcionarios del poder judicial no laboran a causa del coronavirus las carpetas de investigación se van acumulando en los anaqueles.

Su hermano Christian López expresó en una entrevista con el Grupo Reforma: “Estoy aquí para pedir justicia y levantar la voz a toda la gente de Ixtlahuacán y todo Jalisco. Pedimos que nos apoyen. Si tienen un caso igual que el de mi hermano, que también lo denuncien. No se queden callados. Esto no puede quedar impune, una muerte como varias que ha habido. Pido que se haga justicia. Yo represento a mi hermano y a toda la gente que ha muerto a manos de la policía. Que den la cara los responsables políticos el gobernador de Jalisco, y del presidente municipal de Ixtlahuacán”.

A partir de estas comprometedoras declaraciones toda la familia ha tenido que abandonar Ixtlahuacán de los Membrillos al recibir múltiples mensajes telefónicos en el que voces anónimas los amenazaban de muerte. Por el momento se desconoce su paradero.

El 15 de marzo del 2019 se encontraron 19 cuerpos embolsados que fueron extraídos de un canal de aguas negras de dicho municipio jalisciense. En esta región actúa el Cártel Jalisco Nueva Generación uno de los grupos delincuenciales más fuertes y poderosos que existe en México y que está luchando con otras organizaciones criminales como el Cartel Nueva Plaza para ampliar su área de influencia.

Cualquiera pensaría que si no se producen las manifestaciones en EE. UU. por George Floyd aquí en México no hubiera pasado nada porque casos como este se dan a diario y apenas trascienden a la opinión pública. Y es que hacen parte de una historia interminable de violencia, asesinatos, torturas, desapariciones forzadas y muertes injustificadas por parte de los militares y las fuerzas del orden mexicanas. Abusos de poder que pretende erradicar la 4 T del presidente López Obrador con su filosofía de “abrazos, no balazos”. Existe una grave irresponsabilidad por parte de la fiscalía que se inhibe y tapa estos casos tan perversos de violaciones de los derechos humanos. Reina el silencio y la impunidad, nadie quiere hablar y hacer señalamientos pues en cualquier momento pueden sufrir alguna siniestra retaliación.

Foto: Carlos de Urabá - Violentas manifestaciones en Guadalajara, México, por el asesinato de Giovanni López

Foto: Carlos de Urabá

Pero en el caso de Giovanni aconteció el mismo fenómeno que el año 68 con la matanza de Tlatelolco cuando los estudiantes mexicanos se echaron a las calles a exigir democracia, libertad y el fin del autoritarismo gubernamental inspirados en el Mayo del 68 francés.

El crimen de Giovanni López ha sido adoptado como el icono de los colectivos de derechos humanos y activistas radicales que lo han convertido en el nuevo mártir de su causa.

Tras los motines que se desataron y se desatan a lo largo y ancho de EE. UU. por la muerte de George Floyd (en el marco del Black Lives Matter), denunciando la brutalidad policial, las injusticias y el racismo, el día 4 de junio vía WhatsApp se convocó una manifestación en Guadalajara para exigir justicia con Giovanni López. México no podía quedarse atrás y para demostrarlo jóvenes anarquistas de ACAB (todos los policías son bastardos) colectivos feministas, antisistema, anarcopunk, Molotov, Anonymous, anticapitalistas comunistas, morenistas e izquierdistas envenenados de furia y de rabia se echaron a la calle entre gritos de "¡justicia para Giovanni!" y "¡policía asesina!". La masa incontrolada se dirigió al Palacio de Gobierno de Jalisco y al no encontrar resistencia policial alguna comenzaron a vandalizar este monumento histórico que milagrosamente se salvó de ser quemado.

Los antimotines se habían retirado por órdenes del gobernador dizque para “evitar provocaciones” Entonces, las turbas exaltadas se ensañaron contra ese símbolo del poder estatal pateando puertas, destruyendo vidrieras, lámparas y todo lo que encontraban a su paso. La fachada fue completamente cubierta de grafitis alusivas a la rebelión anarquista y antisistema. Como si fuera poco a punta de palos, hachas y fierros destruyeron dos patrullas de policía abandonadas por los agentes con todo y armamento y munición que al lanzarles varios cocteles molotov ardieron hasta quedar reducidas a chatarra calcinada.

El motín se saldó con más de 20 jóvenes detenidos y cuantiosos daños materiales. La escalada de manifestaciones promete seguir su curso hasta se cumplan sus reivindicaciones: que se liberen a los presos, se detenga y enjuicie al alcalde de Ixtlahuacán de los Membrillos (sigue libre y en funciones) y se destituya el fiscal del Estado. Por ahora en un intento calmar el tsunami de indignación han detenido a los policías implicados en la muerte de Giovanni López y, además, el gobernador ha prometido que se hará justicia: “Se ha abierto una carpeta de investigación ante las autoridades judiciales” (que con el tiempo generalmente se archivan). ¡Después de más de un mes del asesinato se toman cartas en el asunto!

Un hecho tan violento jamás se había producido en esta ciudad. Al día siguiente los manifestantes se trasladaron a la Fiscalía del Estado y a Casa Jalisco, lugar de residencia del gobernador, para continuar con las protestas. En otras ciudades de México también se realizaron movilizaciones en solidaridad con Giovanni López. En la segunda jornada de protestas la capital de Jalisco registró detenciones arbitrarias de manifestantes que se movilizaron de forma pacífica, así como agresiones a periodistas. Las autoridades reconocieron que los arrestos fueron llevados a cabo por agentes de la fiscalía estatal. El gobernador Alfaro comentó a la prensa que “más bien pertenecían a la delincuencia organizada”.

Jalisco es un estado que tiene un sangriento historial de violencia producto del narcoguerra entre las bandas delincuenciales: demasiados desaparecidos, demasiados ejecutados, torturados, decapitados y embolsados. Tal y como se esperaba, al final, la familia de Giovanni López ha tenido que abandonar el pueblo y partir al destierro pues corrían un grave riesgo de ser secuestrados o desaparecidos. En México la probabilidad de que un delito se denuncie y se esclarezca es de tan solo el 1.3%. Esto, junto a la corrupción y la brutalidad policiaca, ha creado un enrarecido ambiente de descontento entre la opinión pública a nivel nacional e internacional.

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