Es una vergüenza mundial que el hoy presidente de Colombia Iván Duque pretenda desatar una guerra contra el narcotráfico al vecino país, cuando hay investigaciones actuales sobre la dudosa financiación y ejecución política de su campaña presidencial por cuenta del Ñeñe Hernández, brazo financiero de la organización delincuencial del narcotraficante alias Marquitos Figueroa. El pasado 7 de abril Duque anunció la participación de nuestro país en la Campaña Naval Internacional de lucha contra el Narcotráfico –Orión-, dando a entender a la opinión publica la férrea contradicción de que ahora somos el adalid en la lucha contra el narcotráfico, cuando somos el primer país productor y tránsito primario de cocaína y en donde investigaciones serias y de muchos años han confirmado que además en el negocio siempre ha estado involucrada la clase política, así lo demuestran actualmente los casos del Ñeñe Hernández, el embajador en Uruguay y los presuntos nexos de la señora vicepresidenta y su esposo con el narcotraficante Guillermo León Acevedo, Memo Fantasma.
Una ofensiva militar de este tipo en este tiempo de crisis sanitaria es la medida más mezquina y criminal contra nuestro propio país, Venezuela y los habitantes de Estados Unidos, el país más afectado por el covid-19 a nivel mundial. El más beneficiado de esta arremetida será Donald Trump, quien desde ya va perdiendo su reelección en las elecciones del próximo noviembre. Según encuestadoras y analistas políticos, estaría perdiendo principalmente por su negligencia a la hora de enfrentar la pandemia y por supuesto, por la crisis económica que desde ya EE.UU. y el mundo afronta. La lección que va dejando el covid es, entre otras cosas, la importancia de la vida sobre el capital, las cifras dicen que en Estados Unidos, a la fecha van 557.000 contagiados y 25.000 muertos, muchas más de las víctimas que cobró el atentado del 11 de septiembre de 2001 (3.016 muertos).
Aprovechándose de la coyuntura del covid-19, ciertos países de la Unión Europea y América Latina, incluidos Brasil y como siempre Colombia anuncian la marcha de una “campaña naval contra el narcotráfico”, con la cual alardean de una cifras, operaciones e investigaciones que ni ellos mismos se creen para ir justificando una invasión atroz a Venezuela en estos momentos donde se precisa y urge solidaridad, calma y pensar en el bien común. Una vez más, el sistema estadounidense da lecciones de mezquindad, arrasamiento y muerte. Por supuesto, Colombia fortalece estas lecciones, aunadas a la lección de mirar más hacia afuera que adentro, “ve la paja en el ojo ajeno”. Es inaudito que nuestro país se la vaya a jugar en operaciones militares contra otro país, en lugar de dedicar todos los esfuerzos en pro de la vida y la salud, bastantes problemas internos tenemos señor presidente y lo más deshonroso para su gobierno y la clase política colombiana es que, ahora pretendan dar clases de moral, preciso en el tema que más los tiene enlodados, el narcotráfico.
Si pensamos en nuestros problemas internos, señor presidente usted y su partido político no tienen la más mínima moral para hacer juicios de valor frente a la legalidad y legitimidad de las elecciones en Venezuela, pues le recuerdo que: las elecciones donde usted fue elegido ni fueron limpias y mucho menos transparentes, así lo demuestran las llamadas telefónicas entre el señor Ñeñe Hernández y su equipo de campaña, más las grandes cantidades de dinero que este aportó. Además, frente al problema del narcotráfico, Colombia en el 2019 batió el récord en cuanto a los cultivos de coca de 212.000 hectáreas, mientras que en el 2018 la cifra fue de 208 hectáreas, según el mismo Departamento de Estado de Estados Unidos y Trump, durante su gobierno aumentó esta cifra.
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Duque está en la obligación de atender un sistema de salud que no está dando abasto con la pandemia, un sistema corrupto que con el covid-19 está emitiendo factura
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Además de los dos problemas internos anteriores, Duque está en la obligación de atender un sistema de salud que no está dando abasto con la pandemia, un sistema corrupto que de nuevo explota, actualmente el Covid-19 está emitiendo factura, advirtiendo que las décadas de privatización y abandono a la salud púbica solo beneficiaron a los privados, de ahí que tengamos, precisamente en esta crisis sanitaria, pensar en cómo se les paga los sueldos atrasados al personal médico, además de brindarles las garantías laborales, sociales y de bioseguridad para su importante labor en estos tiempos, razón que no contempla el nuevo decreto 538, el cual expone a la muerte a todo el personal médico del país.
Ni hablar de las garantías laborales y económicas que se les deben brindar, como derecho, a la clase trabajadora y a la población que vive de la informalidad, lo cual está muy lejos de llevarse a cabo a punta de subsidios y mercados que solo benefician a los intermediarios, léase empresas privadas, tecnócratas del DNP, políticos corruptos y bancos.
Además de estas problemáticas, en plena crisis por el covid siguen asesinando líderes sociales y nada pasa, le recuerdo que durante el primer año de su gobierno fueron más los lideres asesinados que las muertes que ha causado el covid, llegando a 226 asesinatos además de los más de 60 que han sucedido en lo que va corrido del año, también continúan los motines en las cárceles del país y sigue sin pasar nada señor presidente, y en el campo, los grupos armados continúan con sus acciones de guerra y usted como si nada y así sigue una larga cadena de conflictos internos y urgentes y usted insiste en campañas navales con nombres siniestros que traen a nuestra memoria masacres, asesinatos a diestra y siniestra. Y así, usted continúa viendo la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el nuestro.
Adenda: Debemos hoy más que nunca exigirle al presidente Duque que ponga fin a su ánimo guerrerista, a sus sentimientos de insolidaridad y mezquindad. Exigirle que invierta ese tiempo y presupuesto de la “campaña naval” contra Venezuela en resolver los graves problemas sociales y económicos que el país enfrenta y que lo mejor para ser buen vecino es ayudar, es pensar en los otros por ejemplo, Ecuador, Brasil y Chile que lo necesitan por ser los países de América del sur con más fallecidos. Insisto en que en la actual crisis debemos unirnos, aliarnos más allá de las fronteras físicas e ideológicas.
