Después de una intervención del Senador Álvaro Uribe y la posterior respuesta del también Senador Gustavo Petro, todos los medios de comunicación y las redes sociales empezaron a hablar de “nueva pelea” “pelea” “nuevo agarrón” y cosas por ese estilo. Pues bien, estos titulares cumplen el propósito de proteger al uribismo, al vaciar de contenido político la discusión y reducirla a una pelea de gallos.
Que Uribe haya salido con aquella intervención no es un desliz, demencia senil o que perdiera la cabeza, por el contrario, es parte de una estrategia que busca proteger a sus copartidarios al asumir todo como una cuestión personalista. Por otra parte, que haya tenido que emplear esta estrategia comunicativa para su defensa demuestra un alto grado de nerviosismo y preocupación, ya que, si bien antes han usado lo que se conoce como argumentum ad hominem en este momento se usa el argumentum ad personam además de una forma claramente exagerada.
En definitiva, Uribe no ha perdido la cabeza, está reinventándose a Petro. Sin embargo, por mucho que intente ese partido tipo cartel desacreditar a sus oponentes todo indica que no les dará resultado y por el contrario tendrán que salir de las instituciones y dejar paso a la construcción de República Democrática.