Cada una de las antorchas que están dibujadas en el suelo del Distrito de Aguablanca (Valle del Cauca) es un joven caído en la guerra que desde el 2009 sostienen las padillas que disputan cada esquina, casa recoveco del inmenso y deprimido barrio de 700 mil habitantes.
En el Distrito caen muchachos diariamente por las Guerras bobas. Se matan entre ellos: el microtráfico, las barreras invisibles. Mil doscientos de ellos pueden haber muerto en el último año aunque las cifras oficiales registren ochocientos. Un número descomunal. La guerra empieza en los barrios.
*Este artículo/video hacen parte de Sanar Narrando, un proyecto de Las2orillas