Lo violaron sus primos y guardó silencio. Se burlaban en el colegio, en el barrio, en la calle y guardó silencio. Le gustaban los hombres y guardó silencio. Tenía doce años cuando ya no pudo más y se colgó de una cuerda.
Desde entonces Daniel supo que ya más nunca iba a volver a callar.
*Este artículo/video hacen parte de Sanar Narrando, un proyecto de Las2orillas