Crónica escrita
“Yo lo único que le pido a mi Dios que me dé la oportunidad que, ahora en la segunda instancia, haya claridad de lo que fue comportamiento profesional, porque me gustaría pasar a una mejor vida sin ese lastre que me han endilgado de manera injusta, yo no maté y, por lo tanto, no merezco morir como si yo hubiera sido un asesino”.
El autor de estas palabras es, nadie más ni nadie menos, que el general en retiro y exdirector entre 1985 y 1991 del hoy desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), Miguel Alfredo Maza Márquez.
A sus 83 años, Maza Márquez paga condena impuesta por la Corte Suprema de Justicia, en 2016, como “coautor del homicidio con fines terroristas” que habría rodeado la muerte el 18 de agosto de 1989 del precandidato a la Presidencia de la República por el Nuevo Liberalismo, Luis Carlos Galán Sarmiento y de dos personas más que estaban en el evento nocturno en Soacha (Cundinamarca).
A estos se suma la “tentativa de homicidio” por un tercero herido en la acción más el “concierto para delinquir” por su supuesta alianza con paramilitares para cumplir el objetivo criminal. La suma de todos estos delitos le da 30 años.
En su sitio de reclusión de la capital del país, el ex alto funcionario público concedió una entrevista exclusiva al periodista del programa Testigo Directo de Rafael Poveda, Héctor Sarasti, para manifestar su opinión en torno a lo que le acontece desde el 2009 cuando lo detuvieron para investigarlo por hechos relacionados con la muerte de Galán Sarmiento, los mismos que dieron pie a su sentencia. En la crónica se dio, también, la versión de la familia de Luis Carlos Galán, representada por Juan Manuel Galán.
De su caso, Maza afirmó: “Tengo hoy en día la oportunidad y espero de que la Corte Suprema de Justicia -en su sabiduría- me defina la situación en segunda instancia, tengo mucha fe en ello”.
Para el oficial, “los elementos que consideraban esenciales para condenarme ya hoy en día no existen”. Uno de ellos es su supuesta responsabilidad en el cambio del jefe de escoltas de Galán. “Yo no la cambié, yo estaba en mi despacho y a mí me llamó el presidente (Virgilio) Barco y me dijo: Maza venga a mi despacho. Allí se encontraba el doctor Galán, con quien por primera vez conversaba”.
El diálogo, dijo el hoy condenado, giró en torno a las supuestas infidencias que cometía el jefe de escoltas y que afectaban a Galán en su vida familiar, razón por la que Maza ordenó el cambio del funcionario.
“Fui al DAS y llamé al jefe de protección de la entidad, coronel Manuel González y le dije: mire, acabo de hablar con el doctor Galán, quien me manifestó lo que le están sucediendo con el jefe de escoltas, cámbielo”, aseveró Maza a Testigo Directo.
Indicó el condenado que jefe de protección escogió al teniente Jacobo Alfonso Torregrosa Melo como responsable de la escolta del líder del Nuevo Liberalismo. “Lo entrenaron una semana y se lo llevaron al doctor Galán”.
“Como hecho curioso, González está libre y Maza preso”, afirmó.
¿“Piensa que va a morir en la cárcel? Sinceramente le digo que no me gustaría morir en la cárcel, no me lo merezco… soy inocente”.
En torno a su caso dijo que “uno de los hechos que más lo perjudicó fue la captura del barranquillero Alberto Hubiz Jazbum por el caso Galán, dijeron que yo lo había capturado con el fin de desviar la investigación siendo que él no tuvo nada que ver con la muerte del doctor Galán”. Informó el ex oficial que tiene una condena de 1.500 millones de pesos dada por el Consejo de Estado por este hecho.
El citado dijo en torno a la detención de Hazbum que la captura del barranquillero la hizo la Dirección de Investigación Criminal (DIJIN) de la época y no el DAS. Con este fin exhibió documentación de la época relacionada con la detención en la calle 19 con 4ª, de Bogotá, de Hubiz quien estaba en compañía de otras cuatro personas, afirmó, bajo sospecha de narcotráfico. Por razones que dijo desconocer, de esa detención salió la vinculación de Hubiz y las otras personas con la muerte de Galán. “Y resulté yo comprometido”.
¿General, usted ha llorado por esta situación?
“Para colmo de desgracias no sé llorar”.
¿Cómo vive la pena?
“Ese es el problema que tengo yo y que me dice mi siquiatra: general hay que llorar, hay que exteriorizar, pero yo no puedo, no me salen, no me salen sino como un sentimiento de ingratitud por lo que me ha sucedido”.
-Habla familia de Maza Márquez
La esposa de Maza Márquez, Isolda Álvarez de Maza, opinó al respecto de la situación de su marido: “Lo más dramático fue la sola acusación tan injusta, habiendo sido un defensor de la sociedad, que de pronto le montaran semejante complot, de que resultara como homicida del doctor Galán”. Y concluyó: “Si la corte confirma la sentencia él morirá en la cárcel porque tiene 83 años”.
“Ahora tiene sus momentos de tristeza, de depresión, tienen necesidad de asistencia siquiátrica”, informó Álvarez de Maza.
En el caso, según la esposa del General, “hay una terrible contradicción, primero, porque el concierto para delinquir con los paramilitares del Magdalena Medio, y resulta que él nunca ha ido allí, no podía ir, porque allí estaba Jair Klein y los otros mercenarios extranjeros patrocinados por el Mexicano (Gonzalo Rodríguez Gacha, segundo al mando del Cartel de Medellín)”.
En torno a la división del fallo de Maza para que la corte analice la sentencia por homicidio con fines terroristas y la Jurisdicción Especial para la Paz lo relacionado con el concierto para delinquir la esposa dijo: “Ahora, entonces, yo estoy viendo un caso insólito en este país: quieren dos acusaciones. Una acusación a través de la Jurisdicción Especial para la Paz y, otra acusación, a través de la Corte Suprema del mismo proceso, o sea que se quebranta la unidad procesal”
“Una corte como la JEP no puede decidir sobre la mitad de la acusación y la otra Corte Suprema de Justicia no puede decidir sobre el homicidio agravado exclusivamente entonces porque, nunca se había visto”.
Maza Márquez pidió recientemente su retiro de la JEP. “Ningún interés me asiste en continuar bajo la jurisdicción especial, por lo que ruego que mi expediente sea prontamente remitido a mi juez natural, lo que, por lo demás, resulta necesario para que se me garantice, plenamente, mi derecho a la doble conformidad judicial”.
Por su parte, la hija del general Norela Maza Álvarez dijo del caso y la situación de su familia: “Yo considero como que se paró el tiempo para todos nosotros, todo se estancó, como que la vida o todos los proyectos quedaron como en un limbo, como en espera”.
“Para mí como hija, después de haber padecido junto a él todo lo que conllevó su trabajo, todos los esfuerzos, los riesgos, todo el dolor me produjo una gran rabia, una gran frustración, quedar completamente descorazonada con respecto a la justicia, como uno no tener esperanza hacia la justicia de mi país”.
-Habla familia de Luis Carlos Galán: “Cosa juzgada”
Del caso de Maza Márquez dijo Juan Manuel Galán: “Para mí es cosa juzgada. La Corte Suprema de Justicia lo condenó como coautor del crimen de mi padre, Luis Carlos Galán, como una persona que tenía vínculos probados con el paramilitarismo, Henry Pérez en Puerto Boyacá y tuvo un compromiso directo y una responsabilidad en los entrenamientos que hicieron mercenarios extranjeros de estos grupos armados ilegales, criminales y paramilitares que asesinaron no solamente a mi padre sino también a integrantes de la Unión Patriótica y del mismo liberalismo”.
“Entonces, creo que todo ese proceso -que llegó a instancia de la Corte Suprema de Justicia que emitió esa sentencia condenatoria- es un caso juzgado que ya no admite ningún tipo de discusión”.
Y prosiguió: “Nosotros, como parte civil del proceso, estuvimos presentes en todas las actuaciones relacionadas con la judicialización del general Maza Márquez, de su juicio, de su condena por parte de la Corte Suprema de Justicia y fue una sentencia condenatoria absolutamente contundente en cuanto al acervo probatorio”.
¿Qué opina usted de la presencia de sentenciados en la Jurisdicción Especial para la Paz?, preguntó Testigo Directo al hijo de Galán. “La Jurisdicción Especial para la Paz se hizo como un mecanismo de justicia transicional para facilitar la transición a la paz en nuestro país, pero es un proceso de justicia especial para la paz fundamentado en las víctimas no en los victimarios”.