Imagínese parir a su primogénito con “Despacito” sonando de fondo. O en su lecho de muerte estar escuchando una incesante bachata acompañada de gritos eufóricos de una multitud feliz y borracha a unos pocos metros encima suyo. O estarse recuperando de una cirugía y tener que soportar una parranda vallenata que inhabilite su anestesia.
Pues esta es una realidad para los pacientes de la Clínica Los Nogales ubicada sobre la autopista norte a la altura de la calle 95 en Bogotá. Pareciera que la administración de dicha institución presta sus espacios en la azotea para rumbas privadas, desconociendo y minimizando los impactos que tiene el perreo intenso en sus pacientes de la Unidad de Cuidados Intensivos. Las fiestas suelen ser en días de semana, casi siempre los jueves y nunca son menos de 30 personas los que asisten a las parrandas que no terminan antes de las 4am.
Esta clínica, que tiene 9 pisos, fue inaugurada en junio del año 2013 en medio de muchos problemas. Una vez construida la mole de más de 30 mil metros cuadrados, pocas EPS y pre pagadas firmaron convenio con la clínica que desde el principio se pensó que sería un éxito.
Desde entonces, Los Nogales ha sido un lugar de fiestas impensable y clandestino. Cuando se le pregunta al personal sobre las fiestas, nadie sabe nada y dicen que ahí no fue. Pero ya está más que comprobado con infinidad de testimonios de sus vecinos y varios videos que, desde los apartamentos aledaños, han grabado en pleno apogeo de la rumba.
Aquí un video: