No ha dejado de impresionar en ninguna parte del mundo la decisión de Erick Yeiner Hincapié de mutilarse las orejas y la nariz para parecer una calavera. Medios de cada rincón del planeta lo han reseñado. De hecho, él se sorprende de ser conocido en países tan lejanos como China y Francia.
Su realidad cambió de la noche a la mañana cuando periodistas de todo el mundo lo empezaron a llamar para poderlo entrevistar, aunque él no entiende en qué momento se hizo tan popular. En una humilde casa de Cartago, Valle, donde vive junto con sus abuelos, pasa mucho tiempo pegado a un celular que casi no suelta contestando mensajes, correos y llamadas.
Sin embargo, a diferencia de él sus antecesores son esquivos ante los medios, especialmente su abuela, quien no nos quiso atender y nos dijo que los medios que han logrado una entrevista con ella lo hicieron sin que se diera cuenta.
No obstante, su abuelo Ricaurte Ramirez sí decidió conversar con nosotros. Se recostó en una columna de su humilde hogar y esperó a que le colocáramos el micrófono para así poder recordar cómo era su nieto antes de realizarse todas las modificaciones que le hicieron dar la vuelta al mundo de manera simbólica.
Aunque respiraba con dificultad, ya que acababan de hacerle una cirugía, nos contó sobre aquel Erick que en su infancia era muy hiperactivo, muy juicioso en el colegio y muy creativo con todos los dibujos que hacía, pero también sobre el Erick que quedó tras la muerte de su madre, que, según él, se convirtió casi en otra persona, una particularmente aislada de su familia.
Recordó también el día en que Kalaca le dijo que iba a mutilarse la nariz y cómo de manera tajante le hizo la advertencia de que si lo veía sin nariz lo perdería por completo y no podría regresar a la casa. Tras el procedimiento, Erick duró tres días sin ir y cuando volvió su abuelo no tuvo más opción que aceptarlo, pues como él mismo dice: "¿Qué más iba a hacer si soy la única familia que tiene?".
No importa lo que se haga después, como quitarse el ombligo, las tetillas, el miembro o algunas otras partes de su cuerpo, su familia es firme en aceptarlo, quizá no mucho en apoyarlo, pero sí asegurarle un techo y un plato de comida al mejor estilo de la abuela.
Vea más de este personaje y su intimidad en nuestro reportaje en Testigo Directo.