Juan Sebastián Fuentes de solo dos añitos de edad, iba caminando por un potrero y de pronto la muerte en forma de hueco se lo tragó.
Poco antes de caer en la escondida trampa, se puede apreciar en el video de la policía en el que 360 grados alrededor de Juan Sebastián, solo había metros de pasto y maleza verde.
Al fondo, se alcanzan a percibir las siluetas de las casas del barrio.
Juan Sebastián murió solo. Nadie, absolutamente nadie de su familia lo estaba vigilando ese 22 de diciembre.
Y aunque su muerte y la muerte de cualquier niño es dolorosísima, no dejo de preguntarme: ¿Dónde estaba ese tío de Juan Sebastián que ante las cámaras de los noticieros se metía con una especie de traje de hule y una bala de oxígeno para rescatar a su sobrino semanas después?
¿Dónde estaban todos sus familiares cuando el niño de dos añitos dio ese paso fatal?
Porque no deja de causar preocupación, ver al tío de Juan Sebastián y otros familiares, exigiendo a gritos que la alcaldía y la policía tenían que abrir un inmenso hueco que recorra toda la distancia desde donde cayó el niño hasta donde ese desagüe del alcantarillado de Soacha se encuentra con el Rio Bogotá.
Y además que la policía tenía que responderles por el niño, porque esa es su responsabilidad, y que de lo contrario iban a tomar acciones por la trágica pérdida. ( la policía ya había ofrecido $ 100 Millones de pesos, cubriendo la hipótesis de un secuestro).
Cuando finalmente la policía termino de revisar cientos de videos de cámaras de seguridad instaladas muy lejos del lugar donde estaba escondido el hueco, apareció uno, donde muy borrosamente, por la distancia, una figura pequeña con un sweater de color claro, caminaba lentamente en medio del extenso pastizal y de repente esa figura es literalmente tragada por la tierra.
Creo que todos lo vimos, porque el video fue emitido y repetido una y otra y otra vez.
La policía explicó que muy posiblemente ese niño que se ve caer por entre el hueco era Juan Sebastián y que usarían como método de búsqueda un Dron especialmente diseñado para casos como este.
Lamentablemente entre la hora en que el niño cayó por entre las fauces de la muerte y la aparición del video habían transcurrido varios meses, lo que de inmediato hace suponer que a menos que hubiese ocurrido un milagro, Juan Sebastián ya estaba hace mucho tiempo sin vida.
Todos vimos en los noticieros el esfuerzo de la policía, los bomberos, la defensa civil, con cámaras electrónicas, perros, buzos y voluntarios del lugar, escarbando por la garganta de la muerte tratando de ubicar donde se encontraba el cuerpo de Juan Sebastián.
Sin embargo los familiares seguían exigiendo que les respondieran porque ellos no creían que ese video era real, e incluso afirmaron que la policía había manipulado las imágenes para crear un falso video.
En otras palabras, un falso positivo de la policía.
Y ahí ya la preocupación se convertía en cierta indignación por lo temeraria de la acusación. Porque el video si es real.
Solo hasta que la búsqueda especializada de buzos, encontró primero el sweater y luego el cuerpo de Juan Sebastián en avanzado estado de descomposición, solo entonces, los familiares salieron a aceptar la veracidad del video y a dar gracias a la policía por encontrar su cadáver.
A veces el destino nos juega trágicas pasadas y nada ni nadie lo pueden evitar. Pero hay otras, que sí se pueden evitar.
Por eso es aquí, donde es inevitable preguntarse:
¿Dónde estaban los familiares de Juan Sebastián, mientras la creatura caminaba por un inmenso potrero completamente solo?
Ya bastante tenemos en este país con la muerte premeditada de cientos de niños, que son arrojados a su suerte y la más de las veces a su muerte, en bolsas, baldes, canecas de basura, y que además mueren de hambre, para que ahora por un total descuido, otro menor de edad haya sufrido el terror de una muerte, que ya de nada sirve que haya rasgadura de vestiduras, acusaciones falsas, y señalamientos absolutamente irresponsables a los cuerpos de rescate.
Claramente aquí, los irresponsables no han sido propiamente quienes lo estuvieron buscando a ciegas en una intrincada, oscura, fría, muy contaminada y maloliente tubería que tiene más de 40 años, metro a metro, día y noche durante dos meses y medio por ese extenso alcantarillado y lo encontraron en el sexto y último punto de búsqueda establecido en el plan.
Es injusto que un niño de dos añitos muera así, y es injusto tratar de esa manera acusadora a quienes durante dos meses y medio prácticamente dejaron a sus familias e hijos, para buscar a Juan Sebastián.
Tenemos, como familiares, que estar más pendientes de nuestros propios niños.
