¿Se lo daría al prestamista que te come con los intereses, ¿al celador que golpea a los habitantes de calle porque según él son generadores de violencia y robos?, ¿al periodista mentiroso y manipulador de la emisora comunitaria?, ¿o a quien le debes seis meses de arriendo?
Cada sociedad engendra sus monstruos, moldea sus héroes, labra su destino: no sucede un falso positivo en Noruega, no se cae un puente en el Japón, no haya una masacre de jóvenes en Nueva Zelanda, no hay una reforma tributaria en Suecia como la lesiva que nos quieren meter a la fuerza.
No es que la violencia haya retornado, que el país esté descuadernado o que al mandatario le "quedó grande gobernar" sucede y acontece que, como también somos parte del estado, también somos responsables de esta fallida sociedad. Así que, antes que mirar la paja en el ojo ajeno es sabio hacer consciencia de la viga en el propio.