La grúa se estaciona al lado del vehículo que está mal estacionado mientras extiende sus patas que le dan el soporte para evitar voltearse. Mientras tanto, un Policía de Tránsito graba el procedimiento al mismo tiempo que uno de los operarios de la grúa corre para ponerle los sellos al carro en las diferentes puertas del vehículo.
En menos de un minuto el vehículo ya se encuentra encima de la grúa. Terminan de ponerle los sellos rápidamente, porque ellos saben, al igual que el Policía, que si la persona se presenta en el lugar no podrán inmovilizarle el vehículo y esa platica del transporte hasta los patios se pierde. A la final es un negocio lucrativo para los privados.
Este es el momento en que la moderna grúa se lleva un vehículo que está mal estacionado en una calle de Bogotá. Todo en menos de dos minutos.