Varios disparos terminaron de romper la poca tranquilidad que había ayer, 22 de abril, en la vereda Campoalegre, zona del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander. Desde las 3 de la tarde, los integrantes de la junta de acción comunal se encontraban en alerta porque uno de sus integrantes, el excombatiente de las Farc Dimar Torres Arévalo, no había regresado de una diligencia que fue a hacer en horas de la mañana en el corregimiento de Miraflores.
A las 5:20 de la tarde, al menos tres disparos dejaron en vilo a la comunidad que se desplazó inmediatamente al lugar desde donde provenía el alboroto que, además, tenía un campamento militar instalado desde hacía varios días. Ochenta personas, que ya sospechaban una detención militar de Dimar, llegaron al lugar a reclamar información que los militares presentes, nerviosos y sudados, hicieron todo para ocultar: acordonaron el lugar y, al recibir a la multitud exigiendo respuesta, dispararon al aire para mantenerla al margen.
Sin embargo, nada de esto detuvo a la comunidad que se abrió camino hasta el campamento, grabando con sus celulares. Las imágenes de los vecinos del sector mostraban el sudor en la cara de los soldados y la posible razón de este: un hueco en la tierra acabado de hacer con dos palas que aun reposaban en el lugar. Minutos después encontraron el cuerpo sin vida de Dimar Torres quien tenía heridas de bala en su cabeza.
La comunidad reportó este hecho a las autoridades. Por el momento, el Ejército no se ha pronunciado al respecto de este hecho.