El chisme de San Andrés, que está de pasillo en pasillo de la Gobernación y las demás entidades de la isla, es la pillada que le pegaron al defensor del pueblo, el abogado Delroy Gordon Fox local, en la casa de quien al parecer es su amante.
El cuento es que, quien los encontró en la propia habitación, 'haciendo cositas', fue el mismo esposo de la mujer. El joven, un exfuncionario de la Gobernación, después de haber visto varias veces un carro oficial frente a su casa cuando él salía a trabajar se devolvió minutos después para saber qué estaba pasado dentro de su casa cuando él salía.
Cuando el engañado entró a su casa se dirigió a la habitación que él comparte con su esposa, de apellido Mosquera y allí estaba ella, bien acarameladita con el defensor Delroy, quien no tuvo como autodefenderse ni de las acusaciones del esposo engañado ni de lo que le esperó en su casa, donde su esposa, que está en embarazo, lo esperaba con el chisme ya entre sus manos.
Dicen también que el defensor del la isla, muy amigo del gobernador Everth Julio Hawkins, habría intimidado y amenazado al esposo engañado de no seguir mostrando ni compartiendo fotos ni el video que les hizo cuado entró a la habitación donde los presuntos amantes compartían en su ausencia.