El 14 de noviembre de 1948, en el Palacio de Buckingham nació Carlos, primogénito de la -en ese entonces- princesa Elizabeth y el Duque de Edimburgo. Sin embargo, rápidamente, su vida estuvo marcada bajo el rótulo de ‘heredero al trono’.
Cuando él apenas tenía tres años, su abuelo, el rey Jorge VI murió a los 56 años en 1951 y su madre fue proclamada reina Isabel II. Es el miembro de la Familia Real, en toda la historia, que más ha aguardado para ser monarca del Reino Unido y los demás territorios afines.
Durante estos últimos 71 años, Carlos forjó una figura controvertida durante su juventud acumulando polémicas por su relación con la Princesa Diana y Camilla Parker Bowles (la duquesa de Cornualles).
En contrapartida, en su madurez ha mantenido un bajo perfil y honró su rol representativo británico en actos políticos y patrocinando más de 400 organizaciones caritativas de envergadura.
El Duque de Gales ha ejercido en los últimos meses el rol de Monarca en reemplazo de Isabel II en actos puntuales –como el discurso de apertura del Parlamento en 2022- o en giras políticas como en la última Commonwealth cuando la longeva reina no pudo cumplir sus labores por problemas de salud.
Ha sido el miembro de la Familia Real que más manifestó su opinión en temas políticos. Por ejemplo, se mostró en contra del envío de migrantes a Ruanda.
Carlos, el nuevo rey británico, ha expresado y mantenido públicamente un fuerte compromiso con el medioambiente.
Cuando solamente tenía 21 años, fue ridiculizado en la esfera política internacional por advertir que las actitudes de los seres humanos generarían una crisis mundial, impulsado por el creciente uso del plástico, los automóviles y las pérdidas de petróleo en las masas de agua.
Su convicción lo erigió como una de las personalidades más importantes a favor de la lucha contra el cambio climático. “En los años 60, cuando era un adolescente, me importaba mucho todo lo que estaba sucediendo. Hemos estado muy ocupados probando nuestro mundo hasta la destrucción y lo hemos dejado todo para el último minuto”, apuntó a principios de este año.
La particular juventud de Carlos
Su formación contó con una educación itinerante. Inició la escuela en suelo inglés, en instituciones de Londres y Berkshire, hasta que a los 14 años accedió a Gordonstoun, una entidad en el este de Escocia a la que había concurrido el Duque de Edimburgo en sus años mozos.
Si bien se egresó en Gordonstoun, previamente fue estudiante de intercambio en una escuela secundaria en Melbourne.
En 1967 asistió a la Universidad de Cambridge para estudiar carreras en arqueología y antropología, aunque luego se mudó a aprender historia en la segunda parte.
Fue investido como Príncipe de Gales en julio de 1969, meses después de concurrir al Colegio Universitario de Gales en Aberystwyth.
Ya en 1971 el Príncipe incurrió en preparación militar, recibiendo entrenamiento de la Royal Air Force (RAF) para convertirse en piloto de jet. Mientras que en septiembre de ese año se embarcó en la carrera naval, continuando el legado de su padre, su abuelo y sus dos bisabuelos.
Tras seis semanas en el Royal Naval College hizo un servicio en el destructor de misiles guiados HMS Norfolk y dos fragatas. Se graduó de piloto de helicóptero en 1974, sumando experiencias en variados escuadrones navales.
Su vida privada estuvo plagada de polémicas que erosionaron su figura con la ciudadanía, sobre todo por su relación junto a Lady Diana, quien logró una aceptación popular ampliamente superior a la del heredero del trono.
Junto a ‘Lady Di’ tuvo dos hijos, el príncipe William –en 1982, Duque de Cambridge, siguiente a Carlos en la línea de sucesión- y el príncipe Harry -1984-. Tras una tensa relación, oficializaron su separación el 9 de diciembre de 1992.
En 2005, Carlos se casó con la Sra. Parker Bowles, su pareja durante el matrimonio con la Princesa Diana.
Ahora, bajo el nombre de Carlos III y tras una larga espera, el nuevo monarca se enfrenta a varios desafíos en una época de vientos cruzados y complejos para Reino Unido.