Victoria Sandino Palmera quien de niña confundió a la guerrilla con la policía cuando la vio por primera vez. Ese recuerdo lo evoca de cuando tenía ocho años y fue a visitar a sus abuelos en una zona rural del departamento de Córdoba donde nació, en Tierraltra, y observó que pasaban hombres y mujeres vestidos de verde y con morrales muy grandes en sus espalda. Al verles, asombrada, le preguntó a su abuela que si aquellos eran policías, ella entre confusa y sorprendida le respondió “si mija, son la policía del monte”, le contesto en aquel rancho en que vivian en la Cordoba rural, abandonada y pobre.
Costeña de pura cepa, Judith Simanca Herrera es una sobreviviente de muchas guerras. “He vivido los seguimientos y persecución de la fuerza pública y paramilitar en carne propia; no solo contra mi sino contra mi familia; mis padres fueron desplazados de cuatro lugares distintos. La primera vez, atacados con ametrallamientos y desembarco de la fuerza del ejército que los obligó a ellos y mis hermanos menores a salir en huida escasamente con lo que tenían puesto. Dos meses después, quisieron volver y encontraron su parcela posesionada por las personas que los paramilitares de Fidel y Carlos Castaño habían ubicado, tanto en la finca de sus padres como en las de muchos campesinos en toda esa zona de Tierralta, Córdoba
Forma parte de la nueva generación de las Farc que se vinculó a las filas guerrilleras hace trece años cuando habían fracasado los diálogos de paz con Andrés Pastrana y arreciaba la persecución del ejército que llegó al culmen con la política de Seguridad democrática de Álvaro Uribe. “Solo hasta los doce años, comprendió que vivía en un país en guerra. Cuando cursaba sus estudios de bachillerato, inició su militancia, en la Juventud Comunista”.
Antes de ingresar al Bloque Caribe, para salvar su vida, trabajó con los campesinos en la Costa: “en temporada de vacaciones, viajaban a las comunidades campesinas a labores de alfabetización, contribución en la organización de juntas comunales, comités de trabajo, cívicas, femeninas, juveniles, deportivas y culturales entre muchas actividades” (…) “Fue la estigmatización y persecución la que la llevó a ingresar a las filas de las FARC-EP, al comprender que las vías de la lucha política se habían cerrado. No había de otra”. Desde entonces pasó a llamarse Victoria Sanguino..
Aunque la primera aparición de Sanguino fue el 16 de Agosto del 2014 cuando se dio la primera Audiencia con el primer grupo de víctimas que viajó a La Habana. Recuerda aun el conmovedor relato del hijo del líder de la Unión Patriótica, José Antequera, asesinado en el aeropuerto El Dorado. “Aquellas narraciones trajeron a mi memoria el terror y la estigmatización vivida en los años 80 y que les costó la vida a muchos de sus compañeros y compañeras de militancia, dirigentes populares, sindicalistas de base y muchos hombres y mujeres inocentes de pueblo, o pequeños finqueros cuyas tierras eran apetecidas por grandes latifundistas y se negaban a venderlas”.
Públicamente no era conocida pero el ejército sabia quien era la Comandante Victoria Sanguino: “Fue mucha la propaganda que repartieron poniéndole precio a mi cabeza, al lado de otros comandantes de la región central del país, donde trabajó directamente con el comandante Alfonso Cano, en actividades relacionadas con la prensa.” Es la voz femenina que más se oye en la delegación pero su esfuerzo ha estado también centrado de cara a las mujeres guerrilleras, que en una estructura tan machista como es un grupo armado, habían estado silenciada. Estas han ido adquiriendo espacio e incluso tienen un blog de mujer guerrillera dirigido a quienes están en el monte. A dignificar su trabajo.