Con el recuento en el 98,9 por ciento, el resultado de la formación gubernamental Fidesz superó los pronósticos más optimistas al sumar el 53 por ciento de los votos, más que en los comicios de 2018, y logró el control de 135 escaños en una cámara de 199 diputados.
Orbán encadenó un cuarto mandato consecutivo, tras apuntarse una contundente victoria, en unas elecciones dominadas por las inseguridades despertadas por la guerra en la vecina Ucrania.
Fidesz venció en casi todo el país salvo en Budapest y otras dos ciudades, lo que refleja la división del país entre el entorno urbano y el interior.
La coalición opositora "Unidos por Hungría" -que reúne a seis formaciones desde la izquierda a la derecha populista- sumó solo el 35 por ciento de los votos y obtuvo 56 legisladores.
Otra de las sorpresas de las legislativas ha sido el resultado del partido de extrema derecha "Nuestra Patria", que sumó 7 escaños.
Guerra en Ucrania, a favor de Orbán
La invasión rusa de Ucrania cambió por completo la campaña y afectó a la oposición, que había hecho de la lucha contra la corrupción y el europeísmo los ejes de sus propuestas.
El primer ministro, quizá el político de la Unión Europea más cercano al presidente ruso, Vladímir Putin, interpretó bien el miedo de los electores al cambio en épocas de incertidumbre y modificó el lema de campaña a "Paz y seguridad".
En el último mes la intención de voto de Fidesz subió con el mensaje de que Orbán es un líder experimentado que garantiza la estabilidad mientras que la oposición, de ganar, podría "arruinar" al país y llevarlo a involucrarse en el conflicto.
Todo el poder para Orbán, internacionalmente aislado
Este resultado permite al Gobierno retener su mayoría absoluta de dos tercios que le ha permitido emprender en solitario cambios de rango constitucional los últimos doce años.
Esa mayoría le ha garantizado controlar todas las estructuras del Estado, incluido el Tribunal Constitucional. Además de los medios de comunicación estatales, domina, a través de empresarios cercanos, casi todas las cabeceras del país, lo que garantiza una cobertura favorable a Orbán.
La victoria del primer ministro llega cuando pasa por su momento de más aislamiento internacional, alejado incluso de sus socios del Grupo de Visegrado -Polonia, República Checa y Eslovaquia- por su cercanía a Putin, mientras que en los gobiernos de Europa Occidental despierta desde hace tiempo escaso entusiasmo.
Un amigo: Putin
Justamente, el presidente ruso, Vladimir Putin, felicitó a Orbán por su victoria en estas elecciones generales, y expresó el deseo de reforzar los vínculos entre Moscú y Budapest.
"El jefe de Estado ruso se declaró convencido de que, pese a una situación internacional difícil, el futuro desarrollo de los vínculos bilaterales y de cooperación corresponderá a los intereses de los pueblos de Rusia y Hungría", afirmó la presidencia rusa en un comunicado.
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