Que quede muy claro: no me gusta para nada Vicky Dávila, pero tampoco vengan a matonearla por todo, que se les está volviendo un deporte nacional. Le intentan achacar cualquier cosa, como lo quieren hacer con RCN con el tema del INEM. Y tampoco son así las cosas. Al César lo que es del César, para lo bueno y para lo malo.
Ahora quieren montársela a la periodista de La W Radio porque supuestamente tiene unos zapatos de casi $1 millón de pesos. De ser verdad, ¿qué?, ¿no tiene derecho? A ella se le nota que es pinchada, pero eso no es pecado. Mi abuela es divina precisamente porque no abre la puerta si no está arreglada. Y no estamos hablando de que se gaste una fortuna estrafalaria, ni mucho menos que el dinero no lo pueda usar para eso.
Ahora la quieren matonear porque hace poco en una entrevista con Petro le quitó el famoso zapato Ferragamo y hay una foto de ese momento. Incluso, a esos que quieren molestarla se les nota que no escucharon la entrevista, donde el candidato presidencial bromeaba con el tema. Si bien él sí debería cuidarse de usar esas marcas por su discurso, tampoco es un pecado. Los zapatos cuestan como $300.000, no los $4 millones que dicen, lo que no es un precio de locos. ¿Tiene que andar en alpargatas? Me pregunto cuánto costarán los zapatos de los otros candidatos.
Y es admirable que tanto Petro como Vicky se tomen ya el tema con relajo. No es nada del otro mundo. La gente debería tomárselo igual.