Los medios de transporte han sido de utilidad para aquellos que se disponen a dirigirse a sus destinos –trabajo, estudio y compromisos personales- diariamente. A pesar, de las inconformidades que pudiesen haber con el servicio prestado por las empresas encargadas de velar por el confort de los usuarios, nunca se habían presentado cuestiones que afectaran drásticamente la integridad de las personas, hasta ahora; en los últimos días se han hecho presentes varias denuncias de contacto no concebido en los articulados del «trasmilenio» –servicio de trasporte público, presente en la ciudad de Bogotá, Colombia-, donde se han visto afectadas varias mujeres por agresiones sexuales por parte de varios usuarios de éste medio de trasporte.
Como se sabe, la principales víctimas de éste atropello son las mujer que usan el servicio en horas de aglomeración –hora pico-; en éstos respectivos momentos se han presentado las mayor cantidad de pronunciaciones por las ultrajadas, que por un lado alegan la pobre respuesta de las autoridades que tienen a su responsabilidad el bienestar de los usuarios de éste medio de trasporte. Entre los comentarios se expresa la experiencia desafortunada al encontrarse con individuos que utilizan el «trasmilenio» como el lugar ideal para dar pie a las bajezas sexuales, en donde ven a las usuarias como parte de dicha fantasía que varios han logrado perpetrar sin ningún represaría por el delito cometido.
En cuanto a los agresores; la pregunta sería qué es aquello que los impulsa a cometer éste tipo de acciones sin importarles las personas que se encuentran a su alrededor; será la simple adrenalina producida al saber que pueden ser apresados o, tan sólo el deseo incomprendido de la sociedad por el erotismo sin ningún vergüenza. La mayor causa de éste comportamiento es el hacinamiento de entretenimiento para adultos que tiene como fin el incensar los instintos irracionales de ser humano, llevándolos a un estado animal en donde la reglas sociales no son más que un numero de pautas que no tienen peso ni ley para los perpetradores de las agresiones sexuales últimamente denunciadas.
En definitiva, no hay ninguna excusa posible que pueda justificar los actos de estos individuos donde afectan la integridad física y moral de las víctimas. Será que las medidas que se están considerando para erradicar este atropello, son las más eficaces para arremeter contra los agresores que a pesar de la advertencias aún siguen es su vaivén de depravación; no sólo afectan la honra de un servicio de trasporte con un sinfín de falencias sino provee un concepto errado de la cultura ciudadano que tanto sea trabajado entre los ciudadanos, que en éste momento se ve afectada por el irrespeto a la libre expresión de fundamentos de unas cuantos; sin considerar de las consecuencias que podría acarrear sus actos para el desarrollo dispar de Bogotá.
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