Manifestar la profunda indignación que inspira la frivolidad de los medios en general podría parecer un debate igualmente frívolo sobre gustos y disgustos o discordias generacionales; vivir y dejar vivir sería entonces el corolario mas factible.
Desafortunadamente ya no es un problema de quienes por sico-rígidos o anticuados chocamos con la vanalidad imperante en la televisión particularmente.
Denunciar que la estulticia se ha apoderado de la farándula colombiana y del mundo entero, es un deber moral, cívico, politico que pretende ayudar a sistematizar una situación que esta encubriendo graves facetas de manipulación y afectación de nuestra vida como individuos y como pueblos.
Si todo se limitara en señalar la estupidez y vulgaridad ramplona, la falta de rigor, de visión, de compromiso, los sesgos, los prejuicios y la profunda desinformación sobre la situación del país y el mundo que caracterizan nuestro Jet set… claro que solo se nota cuando abren la boca.
Podríamos conformarnos con una diatriba contra el modelito de mujer que se esta promoviendo a cañonazos como reinas, cantantes, actrices, modelos o en su defecto si no puede acceder a estas opciones, chica prepago.
Da tristeza primero, vergüenza e indignación después, cuando se logra digerir la ignorancia y espectacular superficialidad de estas viditas que van por el mundo creyendo que realmente son importantes, siendo estandartes de una sociedad de consumo cínica y descarada que se fundamente en la idiotez ( no participar) la estupidez (dejarse manipular) y la enajenación (venderse a toda costa).
Por supuesto a este modelito de mujer le corresponde un modelito de un hombrecito patético, necio desinformado y manipulado, al que físicamente tienen agarrado de las gónadas aprovechando estratégicamente la ya conflictiva sexualidad masculina.
Juntos estos modelitos de hombre y mujer configuran un modelito de sociedad, de familia, de grupo que genera nauseas, a través de los cuales se pretende conducir, avasallar, idiotizar a la masa; es la ausencia total de estilo, de identidad, de autenticidad, de conciencia: reflejan y promueven el conformismo y la sumisión sublimados a la última potencia.
El problema de fondo es que son nuestros niños quienes están siendo bombardeados, rellenados, embutidos e inoculados de mil formas con estos antivalores y los están asumiendo y adoptando por sustracción de materia, ya que no se están ofreciendo alternativas y nadie lo esta señalando como una amenaza, sino que por el contrario se le rinde culto. Ay! Mi hijita quiere ser como chakira, dicen. No nos damos ni cuenta, doble problema: el problema y la inconciencia.
A través de una eterna rumba sin rumbo, del culto a la apariencia física, de la lucha por estatus y el consumismo están impactando grave e impunemente a nuestra juventud a la que le hacen creer que pueden ser uno de esos necios vip si se esfuerzan lo suficiente.
No es rabia, ni odio, es que esta farándula nos esta jodiendo a nuestros niños y a nosotros ya nos jodieron. Nos enseñaron a auto-despreciarnos, a reírnos de nosotros mismos; galopa el vaquero malboro en nuestra psiquis matando indígenas, negros, campesinos y pobres.
Pero la copa se rebosa cuando estas Very Impertinent Persons pretenden opinar de las realidades políticas y sociales de nuestros países atreviéndose sin saberlo a exponer todo el cobre que brilla bajo su Áurea estampa.
Para citar un caso cercano, habría que ver y oír a Paulina rubio, Juanes, Arjona, equipos de fútbol, periodistas y comunicadores promoviendo la discordia y defendiendo desde sus cómodas viditas la mentira y el estatus quo.
Por eso es que la cosa es política y debe decirse y señalarse a riesgo de seguir avanzando a ritmo de reggeton y telenovelas, ebrios, deslumbrados y humillados al pozo séptico, a la fosa común de esa realidad virtual donde las vip creen de verdad que lo son.
Triste época en la cual el que pone los discos en la discoteca es el mítico héroe.
Donde ser la bailarina de un patán es el mayor escaño evolutivo alcanzable
Donde ser bello importa más que nada
Donde espectacular es la máxima y única expresión del léxico de nuestra farándula
Niños barbarizados, asesinos en potencia de si mismos y de los suyos, manipulados en su sexualidad mas intima y exacerbados los bajos instintos para ponerlos a consumir desde sus mas tiernas edades y venderle además de basura, un modelito de vida que cada vez se parece mas a la propuesta de los nazis a los judíos para que se dejaran exterminar obedientemente.
No es odio, ni envidia, ni deseos de pertenecer a lo que se critica, es un llamado a identificar una agresión tajante a lo más caro para todos, nuestros hijos y a lo que debería ser otra prioridad: nuestra propia sobrevivencia como pueblos. Hasta allá llega la cuestión.
Como conclusión señalemos esquemáticamente por etapas como se esta consolidando ese proceso de exterminio por desnutrición cerebral a través de los medios de comunicación (publicidad, farándula, bobelas, películas jolivud, noticieros y canales privados –de decencia-, deportes masivos, rumba y alcohol) que se cierne sobre nuestros pueblos latinoamericanos disfrazado de destino inevitable.
1. el erotismo embutido contra la mas tierna infancia
2. el culto inducido a la imagen y a la apariencia física
3. la imposición social imperiosa de alcanzar estatus
4. la inducción al consumismo
5. la alienación y alteración de los valores propios
6. la enajenación de la conciencia
7. la explotación de nuestros recursos y de nosotros
8. la dominación material y moral de pueblos enteros
9. homogenización cultural previa a la solución final
10. el exterminio total
