Todavía tengo en mi mente las escenas de Char, Fico, y un innumerable grupo de políticos tradicionales visitando en el Ubérrimo al innombrable (es tan siniestro este personaje que da terror hasta nombrarlo).
Tan tenebroso sigue siendo el innombrable que hay candidatos tradicionales que por vergüenza no se atreven a mencionarlo ni siquiera en los espacios publicitarios, esto, a pesar de recibir un total apoyo por ser “buenos muchachos”.
Lo paradójico de la sociedad ignorante y olvidadiza es que siguen apoyando a estos políticos tradicionales, unos porque reciben dinero (insisten en vender el voto), otros por fanatismo religioso (convirtieron al innombrable en un dios), otros porque se dejan convencer por los medios tradicionales (que se hacen pasar por periodismo serio) y otros porque simplemente ven un algún error de los candidatos alternativos motivos suficientes para contrastar la balanza de quienes históricamente han sido políticos tradicionales cómplices de paramilitarismo, narcotráfico, corrupción y una serie de genocidios y barbaries sucedidos en el país.
Pero como mujer masoquista que le gusta los maltratos de la pareja y espera una falsa ilusión de que “pueda que cambie”, los ignorantes y olvidadizos insisten en apoyar a los mal llamados amigos del pueblo.
¿Qué hará falta para que la sociedad reaccione? ¿Tendrán alguna idea de que la sombra del uribismo está detrás de esos políticos tradicionales “amigos del pueblo”? ¿Que significa nada más y nada menos que el regreso de las mafias, la corrupción y miseria para las poblaciones?
Como la esperanza es lo último que se pierde, y quiero aferrarme a la utopía de que la sociedad ya ha despertado de la ignorancia y ha superado el olvido, quiero pensar que los candidatos alternativos en las elecciones regionales saldrán vencedores porque el pueblo así lo decidirá.