Venezuela pasa a la contraofensiva
Opinión

Venezuela pasa a la contraofensiva

La receta -tratamiento de choque incluido- ya no sirve, porque Venezuela está en plena recuperación y no está dispuesta a que Washington resuelva sus problemas

Por:
agosto 07, 2024
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Ya dije en mi anterior columna que la respuesta de Washington a la victoria del chavismo en las pasadas elecciones presidenciales de Venezuela iba a ser un calco de las respuestas que había dado a pasadas victorias electorales de los socialistas venezolanos. La tal victoria es resultado de un fraude perpetrado por un Consejo Nacional Electoral, que no es más que un títere en manos de Maduro, las elecciones las ganó la oposición, su candidato Edmundo González es el nuevo presidente del país, la comunidad internacional lo reconoce, se impondrán nuevas sanciones si Maduro se niega a entregar el poder…etcétera, etcétera. Pero la receta- tratamiento de choque incluido- ya no sirve, porque el paciente está en plena recuperación y ya no está dispuesto que sea Washington el que resuelva los problemas que tienen los venezolanos. Y menos que menos, la pléyade de analistas y comentaristas políticos que en medio mundo siguen reclamando las actas, convencidos de que las mismas confirmarán lo que ellos creen a pie juntillas: que las elecciones han sido un fraude y que el nuevo presidente de Venezuela es el señor González.

Pasan por alto las copias de todas las actas obraban en manos de todos las coaliciones y los partidos que participaron en la contienda electoral. Incluida la Plataforma de Unidad Democrática dirigida por Corina Machado, cuyo candidato era González. Es algo que permite el sistema electoral venezolano, basado en el voto electrónico, que desde el computador de cada mesa envía tanto los votos emitidos como las actas suscritas por los jurados, que reciben in situ una copia impresa de cada una de ellas. Son estas copias las que exhibió al final de la jornada electoral Corina Machado ante los micrófonos y las cámaras de la prensa de todo el mundo, para afirmar que su candidato había obtenido el 70 % de los votos, obteniendo un triunfo que le negada el primer boletín oficial del Consejo Nacional Electoral. Omitió eso sí, como no podía ser de otro modo, que las copias impresas de las actas que exhibió eran solo el 40% de las mismas. Las actas de las mesas en las que su coalición había ganado.

Pero no se preocupen, no voy a seguir con esta línea argumental porque sé que es inútil: el muy nutrido contingente enemigos del presidente Maduro, aquí y en medio mundo, no va a cambiar nunca de opinión y se mantendrá firme en el rechazo a su “sanguinaria dictadura” y en apoyo a todas las nuevas medidas que Washington y la siempre fiel Unión Europea decreten en su contra. Para ellos, los hechos son hechos solo si los consideran tales el New York Times, The Washington Post, The Guardian, etcétera.


La caída del 90 % de la producción de petróleo causada por las drásticas sanciones, les obligó a emprender la diversificación de la economía, tan deseada y tantas veces aplazada


Me resulta, en cambio, más útil e instructivo informar que la Venezuela que está a punto de recibir una nueva tanda de sanciones, ya no es la Venezuela que postraron la batería de sanciones que le impuso en su día Donald Trump, secundada por sus secuaces de la Unión Europea. En una entrevista concedida a finales de mayo de este mismo año, el presidente Maduro vino a darle la razón a mi madre: “no hay mal que por bien no venga”. La caída del 90 % de la producción de petróleo causada en los primeros años por las drásticas sanciones, les obligó a emprender el camino de la diversificación de la economía, tan deseada y tantas veces aplazada. “Venezuela, hasta el momento de las sanciones, importaba el 85 % de todo lo que consumía – explicó Maduro. Hoy el porcentaje de los bienes de consumo que produce es del 97 %”. Por lo que no sorprende la sorpresa de los periodistas argentinos desplazados a cubrir los comicios de encontrar en Caracas llenas y no medio vacías las góndolas de los supermercados. Al contrario de lo que ocurre en Buenos Aires y encima con productos a precios más bajos. Maduro explicó que este resultado se debía a los empresarios venezolanos que se pusieron a fabricar lo que antes se importaba, y a que los agricultores hicieron lo mismo, hasta el punto de que la producción agropecuaria local ya no solo abastece completamente el mercado nacional, sino que está a punto de permitir la exportación de alimentos a gran escala. Es lo que pasa cuando abandonas el mantra del libre comercio y proteges a los productores nacionales de la injusta competencia extranjera.  El presidente venezolano también informó del éxito obtenido en la política cambiaria: la inflación se ha reducido del astronómico porcentaje del 315.000 % al mucho más manejable 58 %.

Él no lo mencionó, pero resulta evidente que la exclusión dictada por Washington de Venezuela del sistema bancario occidental, ha supuesto en la práctica una moratoria de su deuda externa. Moratoria que afecta los balances de los bancos occidentales y que se mantendrá hasta el día en el que Washington y la UE se decidan por fin a levantar las sanciones. Algo que ahora no es del todo descartable y no porque Kamala Harris se muestre benevolente allí en donde Trump y Biden se mostraron inflexibles, sino porque las dichosas sanciones hoy les están perjudicando más a ellos que a los venezolanos. En el mes de junio el Wall Street Journal publicó un reportaje que recogía declaraciones de directivos de varias de las más importantes empresas petroleras del país, quienes se manifestaron favorables al triunfo de Maduro en las elecciones del pasado 28 de julio. En su opinión, dicho triunfo garantizaría la estabilidad y la paz, mientras que el triunfo de la oposición traería consigo tal caos y violencia que dificultaría enormemente el normal funcionamiento de las empresas. Y por lo tanto, el regreso del petróleo venezolano al mercado occidental.

No hay que olvidar que, aunque debido a la campaña electoral en curso en Estados Unidos, los precios del petróleo se mantienen artificialmente bajos, esta situación puede cambiar abruptamente, de un día para otro. Con las reservas estratégicas de dicho país casi a cero y con una nueva y más devastadora guerra a punto de estallar en Oriente Medio, el precio del petróleo no podrá menos que dispararse. Algo que daría pie a que las compañías norteamericanas regresen a Venezuela, pero no en los términos impuestos por ellas sino por el gobierno venezolano.

En fin, tiene razón el presidente Maduro cuando caracteriza la situación actual de proceso político venezolano en estos términos. “En estos años hemos atravesado por 3 etapas. La primera fue de resistencia al tremendo impacto de las sanciones. La segunda fue la resiliencia y la tercera es la de la contraofensiva económica y social”. En eso están, guiados por un plan general de desarrollo, fruto de una amplia consulta popular, que incluye 18 motores económicos. En este contexto imponer más sanciones al país o siquiera mantener las actuales no va a impedir que Venezuela siga adelante. Washington toma nota: el mundo ya es multipolar.  

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