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¿Ya pa qué?… Si a la niña de los Mejía ya la violaron los coyotes en el cruce a Guatemala. La vieron jovencita y bella y le echaron mano.
¿Ya pa qué?… Si a Pedrito, el de los Martínez, ya se le gangrenó un pie luego de herirse en el fango de una trocha por donde huía de los terrores de tu régimen. ¿Ya pa qué? Pedrito se murió.
¿Ya pa qué?… Si los Hernández ya llevan años pidiendo limosnas de esquina en esquina, de pueblo en pueblo, en Colombia, en Ecuador, en Perú, en Brasil, En… todo el mundo.
¿Ya pa qué?… Si a Teresita González ya se le murió el niño en sus brazos, se le murió de hambre, aunque ya se le había acostumbrado a no comer.
¿Ya pa qué?… Si al mirar atrás, caminando sin brújula, los Ahumada ya no ven la casita que sus padres les construyeron. Ustedes la expropiaron, ¿recuerdan? Se quedaron con su patrimonio.
¿Ya pa qué?… Si el alma de los Páez está muda, y sus ojos ya se acostumbraron a ver la desesperanza que les creaste.
¿Ya pa qué?… Si todo lo del empresario Buendía, el que nos daba trabajo a casi todo el barrio, ya se lo robaron ustedes, hasta su dignidad y su decoro, hasta su ilusión de patria. ¿Qué hiciste con sus empresas?
¿Ya pa qué?… Si estamos lejos por tu culpa, sin pasaje de regreso; tan lejos como millones de pasos sobre los asfaltos ardientes de Latinoamérica, como millones de suelas desgastadas cuando por la gloria de Dios no vamos descalzos.
¿Ya pa qué?… Si ya no somos todos, si nos ha tocado vivir la pandemia debajo de los puentes, de las avenidas, debajo de la lluvia y el sol, debajo de tu dominio siniestro. Debajo de tu odio inconmensurable.
¿Ya pa qué?… Si Nachito, el mayor de los Pérez, ya está preso en la frontera con Argentina, porque robó comida para sus viejos, que exhaustos y hambrientos le esperaban. Ahora los viejos tienen más hambre. Muchos viejos han muerto y no de vejez, han muerto por tu culpa.
¿Ya pa qué?… Si nos volviste parias.
¿Ya pa qué?… Si ya estamos lejos de la frontera que nos cerraste, estamos cruzando otras fronteras, las de Colombia, las de Ecuador, las de México, las de muchos países donde nos brindan un coctel de lástima, terror, odio y compasión, pero que al final nos quieren, porque nos ven desgastados, con hambre y sueño.
¿Ya pa qué?… Si ya en todas partes nos ven como gitanos, ladrones e invasivos. La dignidad ya no se nos nota, solo se nos nota el hambre y no más.
¿Ya pa qué?… Si ya nos acostumbramos a ver pasar los cadáveres de nuestros amigos y conocidos por los ríos que bordeamos en nuestro trasegar diario.
¿Ya pa qué?… Si ya no nos asombra ver como queman nuestros cambuches para expulsarnos de cualquier parque o esquina.
¿Ya pa qué? Señor dictador.
¿Ya pa qué?…
¿Ya pa qué?…
¿Ya pa qué?…
¿Ya pa qué?…
¿Ya pa qué?…
Dígame usted, señor terror. ¿Ya pa qué abrir las fronteras? Si ya la mesa está vacía y lo robado, desaparecido está.