La disparidad de la moneda venezolana y su devaluación con respecto a la colombiana está provocando que comerciantes de la zona, especialmente pescadores de la zona del estado de Táchira y el departamento de Norte de Santander, a que lleven su producto a regiones donde pueden generar mejores ingresos especialmente en territorio colombiano, ocasionando que la región sufra desabastecimiento de estos productos y otros de consumo indispensable.
La situación cambiaria venezolana ha traido un desabastecimiento generalizado de carnes y pescados, así como algunos otros productos de la canasta familiar como la harina de trigo, el jabón o el papel higiénico y que puso en aprietos en su momento al gobierno central. La situación se viene presentando desde el pasado mes de febrero tras el anuncio del Gobierno Venezolano de realizar una mayor devaluación del bolívar fuerte ante el dólar.
De esta manera, las familias de San Cristóbal, Ureña, La Fría o San Antonio han visto que sus mercados locales se han visto afectados pues los distribuidores, que deberían surtir los mercados locales, prefieren vender en los supermercados y tiendas de Colombia a un valor muy superior del que les pueden ofrecer en Venezuela.
En Ureña o San Antonio, el precio del pescado es muy inestable y varía de acuerdo a la disponibilidad que haya en la capital del estado Táchira. En la actualidad, en este sector de la frontera el bagre se consigue a 180 bolívares (8.200 pesos) el kilo, la cachama a 90 bolívares (4.100 pesos) el kilo, el bocachico a 90 bolívares (4.100 pesos) el kilo y el filete a 180 bolívares (8.200 pesos) el kilo. Pese a que actualmente escasea bastante, hay algunos supermercados que aun tienen pescado en sus neveras.
En San Cristóbal, por ejemplo, la realidad es distinta. Allí los vendedores de los mercados locales, como en La Ermita, Madre Juana o Los Pequeños Comerciantes, sostienen que practicamente tienen que rogarles a los distribuidores que traen el pescado desde otros estados venezolanos, como Zulia, Apure o Barinas, para que dejen una pequeña cantidad del producto y así poder atender la demanda de la capital del estado. Aseguran que quienes distribuyen el pescado lo venden a un precio exagerado que se ajusta más al mercado colombiano, por lo que se ven incapaces de adquirirlo.
Por otro lado, los responsables de transportar el pescado hasta el estado Táchira afirman que no son ellos quienes especulan con el precio del producto, ni quienes lo desvían hacia el mercado colombiano. Sostienen que son los mismos vendedores quienes se encargan de especular en el precio del pescado y venderlo en las tiendas de Norte de Santander.
A mediados de septiembre, la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) interceptó un furgón en una trocha conocida como Las Paredes, en Villa del Rosario, y se incautó de tres toneladas de pescado fresco (cachama) que irían a ingresar al mercado de Cúcuta y Norte de Santander.