Si la elección del presidente de Colombia no se hiciera a través del voto popular, sino que esa misión se le encomendara a una firma ‘caza talentos’, entre quienes han manifestado o insinuado su intención de llegar a ese cargo, el nombre del sucesor de Gustavo Petro estaría prácticamente definido.
Porque entre los posibles presidenciables hay uno que cumple la mayoría de los requisitos necesarios para ejercer el puesto: tiene carácter, experiencia, visión y conoce a fondo el Estado, porque ha sido concejal, senador, ministro y vicepresidente. Ninguno de sus competidores tiene un perfil tan adecuado,
Se trata, por supuesto, de Germán Vargas Lleras, quien desde que tiene uso de razón, está preparándose para ser Presidente de Colombia. No podía ser de otra manera pues era el nieto predilecto del expresidente Carlos Lleras Restrepo, quien desde muy pequeño lo llevaba a su despacho del Palacio de San Carlos y lo sentaba en la silla presidencial.
Aunque fue un mal estudiante, que deambuló por varios colegios y se graduó de bachiller del Gimnasio José Joaquín Casas, plantel donde recalaban los expulsados de los colegios de la élite bogotana, se enserió cuando ingresó a estudiar Derecho en la Universidad del Rosario.
Inició su carrera política como concejal de Bojacá, pequeña población cundinamarquesa, y luego ingresó al Nuevo Liberalismo, donde se convirtió en la mano derecha de Luis Carlos Galán. Incluso estaba al lado de Galán, en la plaza de Soacha, la noche infausta en la que asesinaron al caudillo.
Muerto Galán, optó por crear su propio partido, Cambio Radical con el cual llegó al Congreso de la República como senador. Ocupó esa curul entre 1994 y 2008, cuando comenzó a perfilar su candidatura presidencial. En el 2005 sufrió un atentado que casi le cuesta la vida.
Fue muy cercano al presidente Álvaro Uribe, pero luego se distanciaron. A pesar de que eran más las cosas que los unían que las que lo separaban, conciliar esos dos caracteres tan fuertes resultó imposible.
Vargas Lleras consideró que para ejercer la Presidencia era fundamental conocer el Gobierno por dentro y por ello le aceptó al presidente Juan Manuel Santos ser su ministro del Interior. Posteriormente fue ministro de Vivienda donde ganó mucha popularidad, gracias al programa de vivienda gratis, mediante el cual se entregaron alrededor de 100.000 casas. En 2014 fue elegido vicepresidente, como fórmula de Santos.
Con esas credenciales y esa vitrina llegó a las elecciones presidenciales del 2018, en las que arrancó como gran favorito. Sin embargo, padeció una humillante derrota en la primera vuelta, cuando apenas alcanzó poco más del millón de votos que no le alcanzaron, siquiera, para llegar a la segunda ronda.
Vargas Lleras se preparó durante 40 años para ser presidente, pero, al parecer, nunca se preparó para hacerse elegir
La razón de esa derrota es muy simple. Vargas Lleras se preparó durante 40 años para ser presidente, pero, al parecer, nunca se preparó para hacerse elegir. Nunca domó su temperamento ni se hizo cercano a la gente. Nunca logró ser un buen candidato.
Cogió fama de ‘chinche’, como dicen en Bogotá, y se ganó la antipatía de mucha gente. Antipatía que se multiplicó exponencialmente con dos episodios ocurridos durante la campaña del 2018.
El primero, el “coscorrón” que le propinó a un guardaespaldas, y que para desgracia de Vargas Lleras quedó inmortalizado en un video que se volvió viral.
Y el segundo, la respuesta que le dio a Yolanda Ruiz, una de las periodistas más serias y respetadas de Colombia, ante una pregunta que le formuló en una entrevista. “que pregunta tan chimba”, fue la insólita reacción de Vargas a ese cuestionamiento.
La pedantería y la patanería que demostró en esos dos episodios fueron determinantes para el fracaso de su candidatura presidencial.
alguien que represente todo lo contrario que Gustavo Petro: que tenga los pantalones bien amarrados y el conocimiento necesario para ponerle orden al despelote
Pero ante el fiasco que constituyó el gobierno de izquierda que llegó al poder en 2022, muchos colombianos consideran que en el 2026 hay que llevar a la Presidencia a alguien que represente todo lo contrario que Gustavo Petro: que tenga los pantalones bien amarrados y el conocimiento necesario para ponerle orden al despelote que dejará como legado el petrismo.
Y si alguien tiene ese perfil es Germán Vargas Lleras. Por eso no es de extrañar que en la encuesta sobre preferencias para electorales que realizó el Centro Nacional de Consultoría y que divulgó la revista Semana, Vargas aparezca en un honroso quinto lugar. Y en una eventual consulta de la Centro Derecha aparece en el segundo puesto, solo superado por Vicky Dávila.
En política, los “muertos” pueden resucitar en cualquier momento. Belisario Betancur, por ejemplo, llegó a la Presidencia en su tercer intento.
No le va a resultar fácil a Vargas mantenerse en los primeros lugares de las preferencias y, menos, llegar a la Presidencia. Para frenarlo, sus enemigos, a no dudarlo, desempolvarán los videos del coscorrón y de la entrevista “chimba” que tan mal lo hacen quedar.
Pero quizás no se le vuelva a presentar una oportunidad como la que tiene ahora. Para aprovecharla tiene que aprender a ser un buen candidato y bajarle el tono a su pedantería y su soberbia. Mejor dicho, tiene que vencerse a sí mismo ¿Será capaz?