El momento de mayor éxtasis en esta feria del libro 2019 tuvo como protagonista al premio Nobel de literatura Vargas Llosa y aconteció durante la presentación de su libro Tiempos Recios.
Juan Cruz, adjunto a la dirección del diario El País y lugarteniente del grupo Prisa, se ha destacado como el más fiel escudero del marqués de Vargas Llosa. Es su palafrenero favorito que se rinde de rodillas en adoración perpetua ante su amo y señor. ¡Vaya lamebotas, vaya tremendo ayayero o adulador que lo vitorea en público para alebrestar sus incondicionales! Según el plan de la mafia editorial Alfaguara-Random House, Vargas Llosa debe ser consagrado como el escritor más prolijo de lengua española en todos los tiempos (eclipsado hasta el mismísimo Cervantes).
El marqués Vargas Llosa, un grande de España, es la estrella fulgurante de la FIL de Guadalajara, y no es para menos pues este noble ilustrado de “inteligencia superior” es el último representante vivo del boom latinoamericano. Por lo tanto y teniendo en cuenta que va a cumplir 84 años se le considera un mito viviente. Y es que estamos hablando del autor de obras maestras como: Conversación en la Catedral, Pantaleón y las Visitadoras, La Ciudad y los Perros, la Fiesta del Chivo, la Casa Verde, la Guerra del Fin del Mundo o Tiempos Recios, su última novela que trata sobre el golpe de estado al presidente Jacobo Árbenz de Guatemala.
El ayayero Juan Cruz no paraba de echarle flores y lisonjas al premio Nobel de Literatura: ¡supremo, pluscuamperfecto, magnánimo!, “solo comparable a Cervantes” o que ¡ha superado a Cervantes! Vargas Llosa sorprendido se sonrojó al tiempo que su rostro se transformó en el de un papá Noel bonachón. No se lo podía creer, ya se puede morir tranquilo y para corresponder a tantas alabanzas y elogios se levanta de su poltrona y besa la frente de su mozo de espadas o más bien el indio Juan Diego al que se le apareció la virgen de Guadalupe. Esta escena tan morbosa seguro que le producirá un ataque de celos a su bienamada Isabel Preysler. Mientras tanto el público enfervorizado los premia con un sonoro aplauso. No sabemos si esta teatralidad es un montaje para aumentar aún más su récord de ventas. En todo caso su ilustrísima es el rey Midas pues todo lo que escribe lo convierte en oro. Este es el secreto de la sociedad de consumo capitalista y su extraordinaria propaganda que endiosa a esos “elegidos” que producen millones y millones de dólares en regalías o beneficios. El súper best seller Vargas Llosa tiene que pasar a la inmortalidad.
Vargas Llosa, aunque de joven era un izquierdista procubano hoy es un furibundo paladín de la derecha radical más próximo a los postulados de Milton Friedman, Reagan, Margaret Thatcher, Aznar o Rajoy, del mismo modo amigo íntimo de Piñera, Peña Nieto, y Uribe Vélez. Nuestro héroe literario es también el autor de la Utopía Arcaica, un panfleto racista y xenófobo que ataca a las comunidades indígenas del Perú a las que califica de “borrachos degenerados en vías de extinción”. Además, escribe: “El indígena si quiere salvar su alma no le queda más remedio que integrarse en la civilización occidental que es el paradigma del progreso y el desarrollo”, “De lo contrario se condenarán a la autodestrucción”. Especialmente se felicita por la caída del “dictador indígena Evo Morales que abre el camino a la paz y la democracia en Bolivia”.
Vargas Llosa se ha distinguido también como uno de los máximos ideólogos del nacionalismo español y consejero mayor del partido Cs de Albert Rivera. Tras la declaración unilateral de independencia votada mayoritariamente por el parlamento catalán en el 2017, Vargas Llosa ocupó la primera línea de fuego en las manifestaciones en defensa de la españolidad y la monarquía borbónica y en repudio a las “bestias separatistas”, “insolidarias y egoístas”. Envuelto en la bandera rojigualda reafirmó su juramento de fidelidad a la España una, grande y libre que acuñara el caudillo Francisco Franco. Es increíble que este mestizo peruano originario de Arequipa haya asumido a rajatabla su papel de cipayo y lacayo borbónico.
La FIL de Guadalajara es uno de los eventos culturales más importantes en lengua española a nivel mundial. Es por ello que el reino de España, por intermedio de sus editoriales, ha invertido millones de euros en consolidar su presencia en los mercados de América Latina. Este es un claro ejemplo de que la reconquista a nivel político, empresarial y cultural va viento en popa.
Descaradamente la FIL ha servido de tribuna para que el nacionalismo español lance sus patrióticas proclamas. Autores como el progre monárquico Muñoz Molina, el cristero falangista Javier Cercas o el premio Nobel Vargas Llosa en sus intervenciones condenaron esos “monstruosos nacionalismos arcaicos y tribales” como el catalán o el vasco que pretenden destruir la unidad de España. Y no solo eso, sino que se han inmiscuido en la política interna mexicana criticando hasta el presidente López Obrador al ponerse a favor de los indígenas cuando se cumplen los 500 años del desembarco de los piratas castellanos al mando de Hernán Cortés en Veracruz. Un hecho histórico que sirve a los españolistas para ensalzar aún más su proyecto neoimperial en el recién estrenado siglo XXI.