El vicepresidente comenzó a negociar con los representantes de 10 mil conductores y propietarios de vehículos asociados a la firma Ubrer, en contra de las pretensiones forzosas de los taxistas y de empresarios como Uldarico Peña, cabeza de la mayor agremiación de taxis en el país. Ante la discreta actuación de su ministra de transporte Natalia Abello, tomó cartas en el asunto y buscará una forma de reglamentar el servicio. Es una decisión opuesta a la de la anterior ministra Cecilia Álvarez quien buscó prohibirlos a través de la expedición de un decreto e incluso de Natalia Abello que quiso ir más allá al contemplar la idea de bloquear sus plataformas tal y como pedían los taxistas. Colombia es de los pocos países donde hasta el momento el gobierno ha intentado prohibir el servicio Uber de forma inútil, ya que la plataforma es de libre acceso y sigue siendo utilizada en 58 países. La respuesta de los representantes de Uber a través de su única vocera en Colombia, Adriana Garzón, fue positiva. Es la primera oportunidad de sentarse con el gobierno que antes buscaba erradicarlos.