Amanda Pitre-Hayes, directora de Sostenibilidad de Vancouver, Canadá, cuyo cargo sería el equivalente al de secretaria de Medio Ambiente, estará de visita en nuestro país en noviembre. La funcionaria viene a exponer ante la comunidad académica el plan que pretende convertir a su ciudad en una de las más verdes del planeta, y cómo la sociedad y las organizaciones se pueden incorporar a las economías sostenibles.
Vancouver ha demostrado que una ciudad puede crecer y prosperar siendo una capital verde, y gracias a eso esta metrópoli se ha convertido en líder mundial en el tratamiento del cambio climático. A pesar de que su población ha crecido más del 27 % y el empleo ha aumentado en más del 18 %, sus líderes políticos han diseñado un plan que disminuirá en un 5 % las emisiones de gases de efecto invernadero que se generaban en 1990.
Actualmente, el 93 % de la electricidad de la ciudad se genera a partir de fuentes renovables y además, Vancouver ha implementado el código de construcción más verde en América del Norte: en lugar de construir nuevas carreteras, esta metrópoli ha desplazado las inversiones a circuitos peatonales, rutas de bicicletas y la creación de barrios compactos con mayor densidad, que facilitan el acceso de los habitantes a sus trabajos.
Todas estas acciones están en marcadas en el plan Greenest city 2020, cuyo propósito es convertir a Vancouver en la ciudad más verde del mundo en 2020. Para llevar a cabo este ambicioso objetivo, sus líderes consideran fundamental involucrar a todos los sectores sociales y económicos para que re-evalúen y re-estructuren sus dinámicas de producción y de consumo. Para lograrlo, existe un fuerte componente educativo en el que se involucró un gran número de personas.
En 2009 un grupo de expertos investigó las mejores prácticas sostenibles que se estaban llevando a cabo en ciudades de todo el mundo con el objetivo de identificar cuáles podrían convertir a Vancouver en la ciudad más ecológica del planeta. Este proceso se alimentó con una convocatoria en línea que recibió ideas de más de 35.000 personas de diferentes países. De estas, más de 9.500 personas, la mayoría habitantes de Vancouver, aplicaron sus ideas en la vida real. Ahí empezaron los primeros cambios.
Sin embargo, fue evidente que para que las ideas funcionaran el gobierno local tenía que dar ejemplo, así que rápidamente las organizaciones estatales implementaron cuatro acciones estratégicas: planificación e implementación de una reducción de residuos corporativos; el desarrollo de una política de compras, privilegiando los alimentos locales; búsqueda de oportunidades con visión ecológica en las que la ciudad pudiera servir como patrocinadora; y desarrollo de un programa de reducción significativa de emisión de gases de efecto invernadero y de uso de combustibles fósiles en todos los vehículos que fueran propiedad del Estado.
Con estas acciones Vancouver comenzó su camino para convertirse en la urbe más ecológica del planeta en 2020, pero quizá lo más interesante de su plan de acción es la forma como han logrado involucrarse con la comunidad académica mundial, socializando su iniciativa para que los profesionales del futuro, particularmente aquellos relacionados con carreras de administración de empresas y liderazgo organizacional, orienten su perspectiva laboral en este sentido, e incluso puedan llegar a crear sus propias empresas verdes.
Los puntos focales de este plan de acción y las prácticas verdes que están siendo aplicadas por ciudades y organizaciones a nivel mundial serán compartidos por Amanda Pitre-Hayes, quien cuenta con 20 años de experiencia liderando equipos para entregar valor ambiental, social y económico, en una conferencia en Bogotá. La charla tendrá lugar el 5 de noviembre en el marco de la Semana de la Administración, la gestión y el desarrollo de organizaciones sostenibles, en la Sede Centro de la Universidad Central. Es de entrada libre.
