En junio de 2012, el gobierno creó Cenit. Literalmente, una empresa de papel, con solo 10 millones de pesos de capital, a la que le fue transfiriendo activos billonarios de Ecopetrol correspondientes al transporte de hidrocarburos valorado en ese entonces en 13 billones, representados en tanques, oleoductos, poliductos, etc. Aparentemente lo hizo cumpliendo la ley, asunto hoy no tan claro y es analizado por un equipo profesional contratado por la Unión Sindical Obrera. Hoy, la venta de Cenit aparece en todas las cuentas del gobierno incluidas en el Marco Fiscal de Mediano Plazo.
Poco a poco parecen haber ido abriendo el camino de su enajenación. Cuando se creó, Ecopetrol prometió no modificar las condiciones laborales de los trabajadores. Pero incumplió su promesa, contratando más de tres mil trabajadores tercerizados y solo 200 trabajadores de planta a los que no les aplicó las condiciones laborales que traían de Ecopetrol. Los trabajadores tercerizados son suministrados por una decena de empresas contratistas. A esos trabajadores se les diseñó e impuso un régimen laboral que no se negoció con nadie, con menores salarios y prestaciones en comparación con los trabajadores de Ecopetrol, a pesar de que legalmente deberían ser iguales por tratarse de una misma empresa[1].
Cenit hoy es el corazón de Ecopetrol, pero eso se esconde al país. Los trabajadores de esta última son trabajadores tercerizados de la primera. Es de esos abusos empresariales que se hacen dizque en ejercicio de la libertad de empresa que en Colombia no son cuestionables. Es un modelo absurdo, que buscó, desde el principio, escindir la empresa y dejar de aplicar los derechos laborales alcanzados en la convención colectiva de trabajo por la USO, tanto a trabajadores directos como a tercerizados.
Por eso, cuando hablan de Cenit, todo el mundo se pregunta qué es eso. El gobierno sabe que, en el grueso del imaginario colectivo, esta nueva empresa, no registra, no está en el corazón de los colombianos, como lo está Ecopetrol. Muchos congresistas, periodistas o generadores de opinión, tampoco la tienen en el radar. Cenit parece una estrategia para vender a Ecopetrol por la puerta de atrás, a pedazos, en la sombra.
Cenit es el activo más valioso de Ecopetrol, y vendiéndola, convierten en un cascarón vacío a la empresa más rentable del país. En la última temporada de precios bajos del petróleo, en el año 2015, Cenit sostuvo la caja de Ecopetrol y permitió que saliera adelante. Mantener Cenit como filial de Ecopetrol permite que la cadena de producción petrolera colombiana siga integrada y los precios de exploración, extracción, transporte y refinación sean menores.
Los brillantes resultados financieros de Ecopetrol en favor de la nación, en un 30 % se lograron gracias a esta filial, que, como insiste la USO, debe a ser nuevamente devuelta a Ecopetrol. El transporte de crudo y combustibles es el segmento de menor riesgo en la petrolera, puesto que las tarifas operan bajo un marco regulatorio claro y estable desde el Ministerio de Minas y Energía, están nominadas en dólares por barril, y se cobran bajo la suscripción de contratos a largo plazo entre los remitentes de crudo y el transportador.
Hasta el momento, Cenit escapa al escrutinio público, no se sabe a quién deben responder las acciones de sus ejecutivos y no se realizan controles fiscales ni disciplinarios sobre sus operaciones. No se sabe con claridad si es pública o si opera mediante el derecho privado. Este pulpo del transporte de hidrocarburos no puede dejarse enajenar como ahora lo quiere el gobierno. Por eso estamos avanzando en la creación de una gran coalición ciudadana para impedirlo.
Romper el control de Ecopetrol sobre la cadena del petróleo, ocasionará la perdida de sinergias, reducción de la eficiencia, menores ingresos por la ausencia de transporte, e incremento de los gastos, puesto que Ecopetrol tendrá que contratar el transporte de crudo y combustibles con sus competidores.
La importancia de Cenit para el país es inmensa.
Con ella, Ecopetrol es dueña del 82 % de la capacidad de transporte de petróleo
y del 100 % del transporte por poliductos de gasolina, diésel, y jet fuel,
La importancia de Cenit para el país es inmensa, y está relacionada con la propiedad de los oleoductos. A través de Cenit, Ecopetrol es la dueña del 82 % de la capacidad de transporte total de petróleo a nivel nacional, y la dueña del 100 % del transporte por poliductos de gasolina, diésel, y jet fuel, lo que asegura el abastecimiento de los combustibles a nivel nacional mediante una empresa que es controlada por Ecopetrol.
Que sea Ecopetrol la que opera los oleoductos tiene importantes ventajas para la seguridad energética del país y para el aseguramiento del abastecimiento en todo el territorio, el segmento de transporte de hidrocarburos y derivados es un monopolio natural que cuando es explotado por una empresa estatal permite que la riqueza generada se devuelva a toda la sociedad a través de las utilidades que entrega Ecopetrol año a año a Colombia.
Por todo esto. No vamos a dejar que el gobierno venda Cenit.
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[1] De acuerdo con el artículo 194 del Código Sustantivo del Trabajo, la unidad de empresa es “Se entiende como una sola empresa, toda unidad de explotación económica o las varias unidades dependientes económicamente de una misma persona natural o jurídica, que correspondan a actividades similares, conexas o complementarias y que tengan trabajadores a su servicio.
En el caso de las personas jurídicas existirá unidad de empresa entre la principal y las filiales o subsidiarias en que aquella predomine económicamente, cuando, además, todas cumplan actividades similares, conexas o complementarias (...)”.