Como si se tratara de un espectáculo más de Delirio, Dilian Francisca Toro, gobernadora del Valle, irrumpió a la carpa del show y el evento pudo comenzar. Empresarios del Valle, así como la gente que trabaja en gobernación y alcaldía, habían llegado una hora y media antes; 1,200 personas comían pandebono, lulada y manjar blanco hasta que llegó la gobernadora. Fue el banderazo para que comenzara el baile.
Vallecaucanos influyentes, artistas, lideres sociales se reunieron con un propósito: celebrar el lanzamiento de la Marca Valle, la iniciativa que busca darle una identidad al departamento. Entre los asistentes al lanzamiento, con camisetas verde limón, estaban los dos creativos responsables de la campaña: Jorge Ochoa y Harold Varela.
En mayo del 2016 Maria Leonor Cabal, entonces Secretaria de Desarrollo y Competitividad, estaba en la junta de Invest Pacífic, una agencia que funciona con recursos de la gobernación y la alcaldía de Cali para promocionar la inversión en el Valle. Esta promotora que ha estado en los estands turísticos del mundo estaban cansados de recibir la misma pegunta: “¿Qué es el Valle? ¿Por qué me tengo que ir para allá? ¿Qué diferencias tiene con el resto de Latinoamérica?” Invest Pacific, en cabeza de Alejandro Ossa decidió encargar un estudio para ellos poder entender, y luego contar, qué es el Valle y cómo son los vallecaucanos.
Los resultados los tomaron por sorpresa: había un abismo entre los clitches universales apra identificar el Valle y el sentimiento y la percepción regional de los vallecaucanos. Nada que ver con la identificación que se creía alrededor de la caña de azúcar; descubrieron que por el contrario esta podía generar rechazo, asociada a desigualdad e injusticias y despertaba hasta cierto resentimiento.
Maria Leonor Cabal, quien es hoy la secretaria privada de la gobernadora Dilian Francisca, se propuso armar un equipo. Jorge Ochoa y Harold Varela acudieron al llamado y aceptaron liderar el proyecto para traducir las conclusiones del estudio en una campaña que lograra mover la fibra de los vallunos. La supervisión de todo el proceso estuvo acompañado por dos empresarias que apoyan ad honorem a la gobernadora: Adriana Herrera y Andrea Buenaventura, la creadora de Delirio. Ochoa y Varela convocaron a 13 agencias creativas de Cali a trabajar juntos para desarrollar una conclusiones, que resultaban contundentes: a los vallecaucanos los mueve el ritmo, el movimiento y el pacífico.
No fue fácil. La guerra de egos no se hizo esperar. Allí estaban sentados los viejos estandartes de la publicidad de los años 80: Luis Fernando Manchola, Mario Germán Caicedo, Olga Cecilia Soto y su socio Luis Bolaños. La solución salomónica fue armar 5 grupos en los que se mezclarían los trabajadores de las agencias, y así nadie podría andar reclamando como empresa independiente. 13 agencias terminaron funcionando como un solo colectivo que se atrincheró en el Hotel Intercontinental, sobre el río Cali, para llevar acabo las maratónicas sesiones de trabajo.
De allí nació la estrategia Vive el ritmo del Pacífico, construida sobre la visión de un departamento pluriétnico, diverso y multicultural.
“Yo soy paisa, y allá todos somos iguales, escuchamos la misma música, comemos el mismo chicharrón con fríjoles” dice Jorge Ochoa, “pero acá en un lado comen camarones y escuchan marimba, mientras que a dos horas escuchan guitarras y cuerdas que acompañan con sancocho de gallina”. De ahí proviene la riqueza cultural y artística que emplearon en toda la creación de Marca Valle.
A la entrada de la carpa en el evento de lanzamiento de la Marca Valle del Cauca, lo primero que se encontró Dilian Francisca fue una marimba acompañada de una guitarra, que eran interpretadas por dos músicos con una especie de ruanas con bordados indígenas. Un verdadero mar de culturas expuesto.
En sus recorridos por el Recorriendo el Valle, Jorge y Harold se encontraron con una realidad mucho más amable de la de hace 13 años. El Pacífico ha adquirido preponderancia, tal como lo perciben incluso los propios habitantes del puerto que en el pasado se sentían rechazados.
Cartago ya no quiere sentirse más cafetero y paísa, sino que con orgullo dice “Yo soy Marca Valle”. Marca Valle busca además crear lazos entre las distintas zonas del departamento.
Dentro del departamento hay ocho ciudades con más de 100,000 habitantes: es un departamento único con fuerzas descentralizadas que sentían la hegemonía del poder caleño como un yugo. Uno de cada dos habitantes de la capital no nacieron ahí sino que son inmigrantes de otras regiones. Ni siquiera Cali es de los caleños. Pero el Valle ahora es de todos.
Hasta los 90, el currulao era música mal vista en las esferas de poder del Valle. La música pacífica, salsa incluida, se escuchaba como un tarareo ajeno en las cocinas o los lavaderos en los patios de las casas de las empleadas del servicio. El jueves 27 de julio, cuando se lanzó Marca Valle, lo primero que se escuchaba era un marimba entonando música ancestral negra. Son otras épocas. Bajo la misma carpa se sentaron los cacaos tradicionales con sus vestidos grises sin corbata y camisas claras, junto a ciudadanos del común en pantalón sencillo de dril y camiseta de San Andresito.
Esa es la esencia de Marca Valle la identidad de un departamento diverso que tira para el mismo lado, beneficiándose de las diferencias y construyendo un mejor vividero para los más de 4 millones y medio de habitantes del Valle del Cauca.