Las dificultades que ha tenido el gobierno Duque para adquirir vacunas suficientes e iniciar verdaderamente la vacunación masiva en nuestro país tienen que ver con el modelo y la estrategia que el capital financiero internacional y las big pharma le han impuesto a la nación, basadas en negociaciones bilaterales con las multinacionales farmacéuticas que se sustentan en las patentes y los derechos de propiedad intelectual, y la compra anticipada.
Las patentes y los derechos de propiedad intelectual son tratados comerciales internacionales que tomaron vida con la Organización Mundial del Comercio que, a su vez, es la materialización del modelo de globalización y del libre comercio. De tras de esto está el lobby que hacen las industrias intensivas en propiedad intelectual, entre ellas la farmacéutica, y que encontraron en estas herramientas de la política económica mundial la mejor manera para generar riqueza. Con estos acuerdos comerciales se otorga un monopolio sobre invenciones como las tecnologías en salud y los medicamentos, modificando el panorama global de dicho mercado. Antes del tratado, Estados como Suráfrica e India no daban patentes sobre los medicamentos, lo que los llevó a desarrollar fuertes industrias de medicamentos genéricos para llevarlos a muchos otros países, sobre todo del África subsahariana, donde las multinacionales no veían un negocio rentable.
Vale la pena mencionar que la inmensa mayoría de la investigación básica de las invenciones en salud se financia con recursos públicos, principalmente en las universidades, dejando sin piso la idea de que las patentes son un aliciente para promover la invención en el sector privado. Además, se ha demostrado que el monopolio no incentiva la innovación que se necesita, ya que solo se centran en mercados rentables y no en enfermedades de la pobreza. Vivimos en un mundo donde prevalece el negocio sobre la salud y las ganancias del capital financiero sobre la vida de millones de seres humanos.
La compra anticipada tiene que ver con la adquisición de vacunas antes de producirse. Estamos ante una rapiña mundial por los recursos de los gobiernos de todo el mundo para poder producir los biológicos. Pero la patente existente sobre la producción de las vacunas, que se intentó eliminar con la propuesta de India y Sudáfrica en la OMC y que Colombia se abstuvo de votar de manera cómplice, ha llevado a que hoy no haya forma de cubrir la demanda mundial por parte de las multinacionales farmacéuticas. Claudia Vaca, docente universitaria y especialista en farmacoepidemiología, explica cómo por ejemplo Pfizar/BioNTech vendió gran parte de su producción a Inglaterra, Estados Unidos, Canadá y Alemania, y está vendiendo de forma anticipada la próxima producción del siguiente trimestre y Colombia, con la poca gestión del presidente y su posición sumisa, posiblemente acceda a un pequeño porcentaje lejos de lo que se requiere.
La falta de soberanía nacional, la escasa inversión en ciencia, tecnología e innovación, la posición sumisa de Duque ante las imposiciones foráneas, dejar de producir vacunas y la negación del gobierno a otorgar la renta básica universal y el subsidio a la nómina de las pymes nos tienen hoy como uno de los países que peor han manejado la pandemia con más de 2 millones de contagiados, más de 50.000 fallecidos, uno de los mayores promedios de personas contagiadas por cada millón de habitantes y mucho peor que 17 países, todos con más de 100 millones de personas y muchísimas menos víctimas fatales.