Gran sorpresa me produjo ver a Andrea Serna llenarse la boca diciendo que este era el primer año que El Desafío convocaba a todas las regiones del país. Es decir, lo que se quedó por fuera no es parte de Colombia. Por lo tanto las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina no son Colombia. Lo mismo sucede con el Chocó. Como si no fuera suficiente con la ausencia del departamento en los mapas del país, la pérdida de mar ante Nicaragua y el olvido del Estado, ahora Caracol también invisibiliza a la región insular. El mensaje que los televidentes isleños sintieron fue bastante claro y directo "Ustedes no son Colombia".
Quien sea que hizo la división geográfica del país para organizar los equipos participantes claramente no es un experto en geografía. Además de que hay departamentos que los cuentan como regiones enteras, el colosal error de blanquear a una región que históricamente ha tenido un debate muy complejo respecto a su colombianidad refuerza un pensamiento que puede ser letal para la construcción de identidad del isleño. Tanto en San Andrés como en Providencia y Santa Catalina el tema de ser o no ser colombianos es sensible. Por un lado hay quienes quisieran que las islas fueran una nación independiente y por el otro los que sienten que el sentido de pertenencia hacia el país debería reforzarse. Por eso es que festividades como el 7 de agosto o el 20 de julio se aprovechan para reafirmar la colombianidad por medio de desfiles y demás eventos.
Caracol con su desafío le apuesta a generar rating por medio de un elemento muy ligado al colombiano; el regionalismo. Los productores entienden que en la medida que veamos a alguien "como nosotros", sea paisa, costeño o cachaco, hay más probabilidad de que nos enganchemos con el programa. Es como si a través de ese personaje nosotros mismos estuviéramos participando ahí. Y en ese orden de ideas, al fortalecer nuestro regionalismo se debilita nuestra colombianidad. Nos olvidamos que al final todos somos colombianos sin importar de dónde seamos. Personalmente creo que este tipo de programas que juegan con el regionalismo colombiano son un verdadero peligro para la sociedad. Un canal de televisión no es nadie para decir quién es colombiano y quién no.