Hasta hace unas horas, Nicolás Gaviria no sabía quién era él.
Pobre muchacho. En cuestión de minutos pasó del anonimato al desprestigio. Pasó de familia de políticos, a familia de apolíticos. Pasó de montarse en Ferrari y recorrer las calles de Miami, a montarse en la inmunda y recorrer las espinosas trochas de las redes sociales.
Fue el tipo más vapuleado, en menos de dos horas, y el claro ejemplo de lo que no se debe hacer cuando uno se toma unos tragos y le da por seguir la rumba hasta el amanecer, sin plata suficiente y con ganas de irse de tasca en tasca. La verdad, por más buena que esté la fiesta, nunca se me ocurriría pagar 200 mil pesos por una carrera de taxi desde Chía hasta la calle 82 y pelear porque me están cobrando caro. Con esos 200 mil compro buenas viandas, hago una fiesta en mi casa, le digo a mi papá que me preste el equipo de sonido con tornamesa y hago fiesta ochentera.
Por ahí dicen que el que tiene pa´l whisky, tiene pa´l hielo. Entonces, según este hilar delgado, el tipo además de fantoche es tacaño.
Este aspirante a "delfín de la familia de César Gaviria", de quien ya conocemos sus gustos, sus carros, sus gestos, sus sueños y sus tragos, me inspiró a contarles QUIÉN SOY YO !!!!
Pero antes de hacerlo, déjenme refrescarles la memoria con un grupo de PERLAS que famosos de nuestra cotidianidad han fabricado de manera fabulosa; y pasaditos de copas. No son necesarias tantas palabras:
1- Moreno de Caro manejando en contravía, en el "Día Sin Carro". Cuando la policía lo detuvo, el expresó: Y usted no sabe quién soy yo?
2- El hijo del magistrado Luis Gabriel Miranda decidió darle rienda suelta a su libido, con su novia, en plena avenida Boyacá y montado en la camioneta oficial del papá. Cuando la policía le preguntó que qué hacía (pregunta tonta), el tipo decidió contestar: Y usted no sabe quién soy yo?
3- El exconcejal de Chía, Carlos Enrique Martínez, se tomó unas chichas de más y terminó parqueado en la entrada principal de la escuela militar José María Córdoba, pinchado, sin zapatos y con un tufo de acá a Pekín. Antes de eso, y al ser consultado por la policía, el tipo dijo: Y es que usted no sabe quién soy yo?
4- El exsenador Eduardo Merlano se negó a que la policía le practicara una prueba de alcoholemia. Y antes de restregar en la cara de los uniformados que había sido elegido con 50 mil votos, el hombre preguntó: Y es que usted no sabe quién soy yo?
Pues con estos ejemplos surge una pregunta: ¿Es que acaso todos los policías del país están en la obligación de conocernos, para contestarnos si saben o no quiénes somos?
Berraca memoria tendrían que tener...
Pues para que la policía lo tenga claro, prosigo a contarles quién soy yo:
Mi nombre es Hernán Darío López Aya. Vivo en Modelia, padre de dos niñas, soy periodista (intento serlo), fan de Soda Stereo, amante de la salsa, baterista frustrado, voleibolista con ligamentos rotos, hermano de dos viejas y tengo papá famoso.
Este hombre si que se ha dado el lujo de preguntar: ¿Usted no sabe quién soy yo?
Pues para que sepan quién es mi papá, ahí les va:
Se llama Norberto López; es integrante del elenco de "Sabados Felices"; lleva 39 años trabajando en televisión; sus personajes han sido Tancredo Plata, el Pastuso, Echeverri, el jefe de los Ladrones, y la loca peluquera; tiene 9 hermanos, 4 hijos, 5 nietos, 19 sobrinos; tiene más de 50 shows de humor en su carrera, un premio de teatro y varios unitarios en la pantalla chica; no tiene perro pero si un montón de amigos y personas que lo quieren y lo saludan en cualquier parte del país. Es más, me atrevería a decir que lo quieren más que al expresidente GAVIRIA.
Y él, en mi concepto, si se puede dar el lujo de preguntar:
¿USTED NO SABE QUIÉN SOY YO?
El mismo expresidente también lo puede hacer; así como se dio el lujo de salirle al pasó al incidente que involucraba su apellido y, por azares del destino, se encontró un sobrino nuevo que lo hizo quedar como un zapato. Sobrino al que, inmediatamente, desheredó !!!
Sobrino que se volvió la comidilla de los medios durante un día; tema de análisis; mal ejemplo; y bocón del reproche general.
Espero que el destino no me juegue una mala pasada, como la que le tocó al joven Gaviria. Pero en caso tal de verme involucrado en basta situación, con el agua hasta el cuello, mal parqueado, interrogado por la policía, sin plata, con ó sin cargo de conciencia y sin nadita que comer ni qué hacer, atinaré a utilizar el recurso de moda por estos días y preguntaré:
Y es que usted no sabe quién es mi papá?
@HernanLopezAya
