"Usted está pillado joven", me dijo la Policía Nacional

"Usted está pillado joven", me dijo la Policía Nacional

"La batalla ya no se libra con el 'chirrete', sino con el tombo que quiere fastidiarte la tarde"

Por: Jhan Castro
abril 30, 2017
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Foto: Archivo elespectador.com

Después de ese percance vivido ya ni siquiera salgo a la esquina y las razones son la inseguridad. Asombrosamente no tiene nada que ver con la delincuencia común, sino con la propia Policía Nacional.

La batalla ya no se libra con el “chirrete”, sino con el tombo que quiere fastidiarte la tarde. El nuevo código policial y sus sanciones tanto pedagógicas como económicas son piedra de tropiezo para el barranquillero amante de la música, ya ni música se puede oír en la casa.

Entonces para variar decidí salir a un parque con un libro y medio paquetes de cigarros. Todo estaba tranquilo puesto que trate de sentarme lejos de los amantes del fitness que corrían y se ejercitaban en el parque (por aquello del cigarrillo). Empezó a oscurecerse y los vecinos aledaños empezaron a llegar al parque, había mucho ruido y muchos niños. Así que siendo consciente de mi cigarro me reubiqué.

Estaba tan concentrado en mi libro que casi no sentí la moto a mis espaldas, ellos tan astutos también llegaron con la moto apagada como si se tratara de una emboscada a un narcotraficante o el pillo más pillo del sector. El agente saludó a mis espaldas, era un cachaco de voz basta y como yo estaba tan concentrado desmarañando la estirpe de los Buendía de Gabo, me asusté.

Todos en el parque veían, mientras el agente con su voz me explicaba lo nuevo en guarachas para ellos, “el nuevo código policial”. Yo me dediqué a escucharlo y a preparar en mi mente la defensa, si en caso tal me tocaba defenderme. Pidió mis documentos y se los entregué, pero cuando me solicitó una requisa me pareció extraño y le pregunté a qué se debía. Él simplemente manifestó que era rutina, yo accedí porque la mejor pelea es la que se evita.

Cuando se aseguró de que no tenía nada, preguntó qué llevaba en un pequeño bolso que traía conmigo. Me lo intentó arrebatar de las manos y yo no se lo permití, forcejeamos un poco y le dije que si quería ver que había en el bolso yo sacaría lo que había en él. Su acompañante dijo que me calmara, que si no les permitía realizar el procedimiento me llevarían a la UPJ por escándalo en la vía pública y desacato a un ente de seguridad.

Estas palabras ocasionaron en mí una fusión de rabia y temor. Ya había escuchado a personas contar historias reveladoras sobre Unidad de Prevención y Justicia, que el trato era muy malo para los reclusos, que es un infierno de fuerte olor a orín y de indigentes poseídos por el encierro.

Presuntamente los patrulleros reciben un sin número de beneficios al llevar individuos a la UPJ, esto en busca mostrar a los entes de control resultados positivos porque si no hay reclusos, ¿para que serviría entonces? Yo no quería averiguar si era cierto, ni tampoco iba a convertirme en estadística, ni muchos menos en razón de permisos de esos dos agentes que fastidiaron mi lectura.

Cuando saqué todo del bolso tomaron la caja de cigarrillos, la abrieron y la olieron, después la desecharon en el suelo. Eso sí me llenó de rabia, es mi dinero y es un vicio caro. Les pregunté cuál era la razón de su falta de respeto y la necesidad de hacerme pasar una vergüenza como esa, ellos manifestaron que sintieron olor a marihuana y se bajaron a verificar. Me reí, llegaron con la moto apagada para evitar ser escuchados por mí, obvio venían por mí.

Les pregunté que si les parecía extraño ver a una persona tranquila tratando de educarse mientras fumaba en un parque. Respondieron que el parque es un sitio de libre esparcimiento y recreación.  Yo les contesté explicándoles que yo eso hacía, y que, si el cigarrillo era la razón a nadie molestaba estaba muy lejos de la gente, precisamente por eso me había movido para evitar inconvenientes. Discutimos y cuando ya no tenían motivos agarrare, pedí mis papeles que aún no me devolvían. Al final, me los dieron con la condición de que les diera para la gaseosa.

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