Acaba de aprobarse en el Congreso la ley de reducción progresiva de la jornada laboral de 48 a 42 horas semanales en el 2026, sin que se afecte el salario, faltando solo la sanción presidencial.
Esta ley ha sido de iniciativa del en su momento senador, Álvaro Uribe Vélez. Fue aprobada por la inmensa mayoría de las bancadas de todos los partidos con representación en el Congreso. La respaldaron en su versión final las Centrales obreras. Se opusieron el Consejo Gremial Nacional, con la poderosa Andi a la cabeza y el propio presidente Duque.
Este es un derecho que los trabajadores han reclamado históricamente, dado los avances en las revoluciones tecnológicas y en la productividad.
Ya desde 1935, el convenio 47 de la OIT llamaba a sus países socios a que aplicaran progresivamente la reducción de la jornada laboral a 40 horas. Colombia siempre se ha negado.
Nos ha llegado tarde este derecho y de manera muy recortado. Es a 42 horas, es solo a partir del 2026, y se pierden 2 días al año para las familias y para las empresas con más de 50 trabajadores, 2 horas semanales para capacitación, deporte, recreación o cultura.
Con todo y sus efectos recortados la norma es positiva. Puede favorecer a unos 4 millones de trabajadores que son los que laboran aún 48 horas, pues los empleados públicos tienen desde la década del 68 jornadas inferiores, oscilando entre 40 a 44 horas. Y en múltiples entidades privadas en los sectores administrativos ya se trabaja menos de 48 horas.
En Colombia es el segundo país en América Latina, después de México donde se tienen jornadas extensísimas.
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Esta norma debería aplicarse de forma inmediata si se estuviera pensando en el agudo desempleo que hoy existe y muy especial para los jóvenes
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Esta norma debería aplicarse de forma inmediata si se estuviera pensando en el agudo desempleo que hoy existe y muy especial para los jóvenes y con mayor razón hoy que han sido los grandes protagonistas en la indignación en este paro nacional iniciado el 28 de abril pasado. Se generarían de forma inmediata más 500.000 nuevos empleos, que podrían financiarse temporalmente, con el cumplimiento de las cuotas de aprendizaje del Sena y con el subsidio a las nóminas para la mipymes. Ésta sería una medida virtuosa, pues generaría ingresos para más de medio millón de nuevos empleos, lo que redundaría en reactivación de la economía y los esfuerzos iniciales se irán disipando en el tiempo con dicha reactivación.
Pero la medida no se hizo para eso. Se hizo para intentar lavarse la cara, el exsenador, Álvaro Uribe Vélez.
Álvaro Uribe Vélez, ha sido enemigo declarado de los derechos de los trabajadores. Es la persona más aplicada para esos menesteres en la era neoliberal desde 1990. Fue ponente de la ley 50 de 1990(flexibilización laboral) y la ley 100 de 1993 (privatización de la salud y las pensiones). Cómo presidente nos impuso la ley 789 de 2002, la ley 793 de 2003, el acto legislativo 01 del 2005 que eliminó las pensiones convencionales y exceptuadas. Ha estado en las 15 reformas tributarias regresivas de la era neoliberal, en las privatizaciones del ISS, Telecom, Ecopetrol, etcétera.
Todo el estrago en materia laboral véalo en este vínculo, resumido por Edwin Palma, actual presidente de la USO.
Ante este panorama, Álvaro Uribe Vélez y el Centro Democrático les quieren hacer creer a los trabajadores que es un benefactor. Nada más alejado de la realidad.
Si se hace el balance de su participación en estos 30 años de neoliberalismo, no es una exageración que en términos futbolísticos estaríamos 100 a 1 en contra de los trabajadores y diciendo que el 1 es un autogol.
Teniendo los ojos puestos en el 2022, los trabajadores no podemos olvidarnos de las ejecutorias del sombrío personaje, que obvio no lo ha hecho solo, lo han acompañado los partidos de la élites tradicionales del país, por lo cual debemos desde ya a aprestarnos a inscribir las cédulas para derrotarlo a él y a sus partidos cómplices de ésta expropiación hecha, frente a los legales y legítimos derechos de los trabajadores.
Posdata: dos meses del paro nacional y este gobierno ni dialoga ni negocia y sí mantiene la mayor represión y brutalidad policial contra los jóvenes manifestantes.
Twitter: fabioariascut