Solo los estúpidos no tienen memoria. Caramba, a veces no sé si es que toman a la gente por estúpida o si viven embriagados en su propio cinismo. Con todo el respeto que se merece el expresidente Álvaro Uribe Vélez, persona que independientemente de la cantidad de escándalos que han surgido durante toda su larga e incansable carrera política, no ha sido vencido en juicio, es decir, no ha sido condenado y por ende se presume en él su inocencia ante tanto señalamiento; es increíble que en su cuenta de Twitter publique semejante desfachatez, haciendo referencia a la recién sancionada ley 1846 de 2017 que modificó los artículos 160 y 161 del Código Sustantivo del Trabajo, en lo relacionado a la modificación de la jornada nocturna de trabajo, que a partir de la vigencia de esa ley empezará desde las 9 de la noche y no desde las 10 como lo estipulaba la modificación que le realizó a esos artículos la ley 789 de 2002 (artículo 25).
Precisamente sobre esa modificación que introdujo la ley 789 del año 2002, es donde yo predico que existe CINISMO por parte del señor expresidente, hoy congresista, Álvaro Uribe Vélez. Hay que recordarles a todos los que me leen, que independiente de lo bien o mal que lo haya hecho Uribe en sus dos períodos como presidente; si algo fue mal hecho, o por lo menos desde mi punto de vista, y desde el punto de vista de la clase trabajadora, fue esa “bendita” modificación.
La ley 789 de 2002, que se aprobó en diciembre de ese año, es decir, recién posesionado Uribe en su primer periodo en la presidencia de Colombia, modificó a través de su artículo 25 el artículo 160 del Código Sustantivo del Trabajo, ampliando la jornada diurna desde las 6:00 a.m. hasta las 10:00 p.m. y reduciendo la nocturna. A partir de dicha modificación empezó a establecerse como trabajo nocturno solo el comprendido entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana.
Esta fue una reforma que además de contrariar las leyes de la física y de la lógica, al establecer como trabajo diurno el comprendido entre las 6 de la tarde hasta las 10 de la noche (una noche diurna) fue nefasta para la clase trabajadora en nuestro país, ya que quienes venían devengando recargo nocturno por trabajar dentro de ese rango de horas, mágicamente y por disposición de la ley propuesta por Uribe, ya no tenían ese derecho. Recalcando que el trabajo nocturno solo por el hecho de ser nocturno le implicaba al trabajador un incremento sobre sus ingresos, equivalente al 35 por ciento sobre el valor del trabajo diurno, o sea, ese 35 % lo dejaron de ganar nuestros queridos trabajadores, quienes les era cancelado ese trabajo (entre las 6:00 p.m. y las 10:00 p.m.) sin ningún incremento.
Los únicos beneficiados por esa modificación fueron los empresarios de Colombia, que se ahorraron cualquier cantidad de millones de pesos al dejar de cancelar esos incrementos.
Por esa razón, es completamente inaceptable que quien promovió, patrocinó y sancionó la ley 789 de 2002, pretenda reivindicar ahora la modificación realizada en la recién sancionada ley 1846 de 2017. Uribe, no abuses, somos pobres, pero no estúpidos, y solo los estúpidos no tienen memoria.
