El expresidente Álvaro Uribe publicó en su cuenta de Twitter una carta en la que justificó la muerte del testigo Carlos Areiza, quien también estaba involucrado en el proceso contra Luis Alfredo Ramos. Después de que la Corte Suprema de Justicia decidiera investigar al jefe del Centro Democrático por falsos testigos, en un caso en el que también está involucrado el senador Iván Cepeda, Areiza fue asesinado. En la carta, Uribe, además, sugirió que a Cepeda le convenía mucho la muerte del testigo.
Esta es la carta completa:
“Carlos Areiza era un bandido. Murió en su ley. Areiza es un buen muerto. Si no, que lo diga Cepeda.
Lo ejecutaron los enemigos que cosechó a lo largo de su carrera delictiva; lo esperaron, fríos y pacientes, hasta que concluyera su detención intramuros. O sicarios en cumplimiento de espeluznante encargo. Si los primeros, explicable. Si los otros, ¿quién les encomendó la siniestra tarea?
Deliberadamente lo ignora Daniel Coronell en su último artículo, cargado, como siempre, de pérfidas sugerencias.
A quienes menos interesaba la muerte de Areiza era a los favorecidos con su retractación. Sí, a Iván Cepeda, quien lo preparó para que mintiera en sus primeras declaraciones ante fiscales y jueces y acusara a personajes como Luis Alfredo Ramos de incurrir en conductas criminales inverosímiles, ajenas a su personalidad y a su trayectoria ejemplar.
Retractado Areiza, Cepeda -el reconocido manipulador de testigos, el hombre cuyas relaciones con las Farc y por ende con el bajo mundo son de dominio público- quedó en evidente riesgo de ser descubierto y por lo mismo era el más interesado en que no se conociera la escabrosa historia que el testigo se llevó a la tumba.
Areiza no podrá detallar qué fue lo que ocurrió el día en que, solícito y oportuno, como caído del cielo, se le apareció el senador Cepeda para acompañarlo en su entrega a las autoridades, después de evadirse de Bellavista. No podrá repetir las incidencias del viaje entre Bello y la Cárcel de Itagüí en el vehículo del flamante senador y relatar las promesas y halagos que este le hiciera. Un turbio negocio (¿entre pares?) del que, para su fortuna, sólo sabe uno uno de sus intervinientes.
Tampoco podrá contar Areiza cuántas veces lo visitó Cepeda a la cárcel, qué le dio, cómo lo preparó para que mintiera, de qué manera, contra quiénes, etc. Ni menos revelar a qué otros presos visitaba con idénticos propósitos.
Areiza es un buen muerto. Si no, que lo diga Cepeda.”
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“Carlos Areiza
Carlos Areiza era un bandido. Murió en su ley. Areiza es un buen muerto. Si no, que lo diga Cepeda.Lo ejecutaron los enemigos que cosechó a lo largo de su carrera delictiva; lo esperaron, fríos y pacientes, hasta que con… https://t.co/rEwG3vEYJ2
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) 24 de abril de 2018
